Las reuniones de barrio: un panorama desolador

La mayoría necesaria que necesita el PSOE para gobernar el Ayuntamiento de León nos está saliendo muy cara a los vecinos y sobre todo a los vecinos de los barrios de la ciudad. La Concejalía de Participación Ciudadana, delegada por el alcalde José Antonio Diez en el concejal Nicanor Pastrana de Podemos-Equo, está siendo un auténtico desastre en su acción política y sobre todo gestora.

Dejando a un lado las propuestas ignotas en contenido de esta concejalía y sus presupuestos participativos que adolecen de métodos de selección absolutamente arbitrarios y cuyos plazos apenas dejan margen para la presentación de propuestas, debemos hablar de las reuniones de barrio que organiza periódicamente.

Desde Ciudadanos hemos tenido la responsabilidad de que siempre estuviera presente uno de nuestros concejales en cada una de ellas, como por ejemplo el caso del encuentro con los vecinos de Armunia al que acudió nuestra vocal en la Junta Vecinal, Mari Carmen Muñiz. Por ello podemos decir que conocemos de primera mano lo que ocurre en estas reuniones.

El panorama en cada uno de estos encuentros es desolador. En primer lugar por el escaso volumen de participación que oscila entre cinco y veinte personas, incluidos los cargos de las asociaciones de vecinos invitadas a la reunión de barrio por la propia concejalía.

Muchas de estas asociaciones ya han optado directamente por no acudir a las reuniones vistos los resultados obtenidos en las anteriores, que siempre es el mismo. Como decía el presidente de una asociación vecinal, «no sé por qué vengo; solo saco la cabeza caliente y los bolsillos vacíos de soluciones».

Ocurre que no basta con ir a pecho descubierto a recibir las quejas de los vecinos y amortiguarlas con buenas palabras y simple autocompasión repitiendo una y otra vez que la administración es así y que los tiempos son otros. Somos políticos y a los vecinos hay que irles con soluciones y respuestas para los problemas que ya nos han comunicado por varias vías, y las orejas y la mente despiertas para conocer las nuevas demandas y las posibles soluciones.

Es decir: a las reuniones hay que ir con todo estudiado para responder cosas concretas a preguntas concretas y al día siguiente de la reunión hay que hacer todos los deberes que le han puesto las asociaciones y los vecinos para informarles inmediatamente de todos aquellos asuntos que no se pudieron resolver en la reunión.

Somos profesionales, al menos alguno. Nuestra función es resolver problemas a nuestros clientes, que son los vecinos, con la mejor gestión de recursos posibles en tiempo y economía. Los golpes en el pecho, las buenas palabras, te libran la primera vez, pero a la segunda ya te tienen fichado y acabamos como en muchas reuniones con situaciones desagradables por esa falta de trabajo de la concejalía.

Señor alcalde: los vecinos de León se merecen toda nuestra atención, todas nuestras soluciones, todos nuestros esfuerzos, desvelos y pensamientos. No puede ser que la estabilidad de su gobierno municipal tenga que condicionarse a que nuestros vecinos tengan que asumir la incompetencia y la incapacidad para resolver problemas de la concejalía que se supone que tiene que ser el cable de conexión de nuestros barrios y vecinos con el estamento superior, que a veces peca de ser demasiado superior por la falta de esa conexión.