Diario de León
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De nuevo los leoneses hemos tenido la oportunidad y la suerte de escuchar a un grupo de jóvenes músicos reunidos alrededor de esta joven orquesta leonesa (la JOL), bajo la batuta del también joven director, Jorge Yagüe. Esta vez las obras interpretadas (de Mendelsshon y Beethoven) no han podido ser más sugestivas para cualquiera que sienta un pequeño interés hacia la música clásica, la que posee las más altas vibraciones y que va dirigida, por ello, a los niveles más elevados del ser humano, a nuestro ser más íntimo, profundo y real, a nuestro verdadero espíritu. La música clásica o culta es, pues, la música de los grandes artistas creadores, y la denominamos música armonizadora, frente a la música sensual y alienante.

En este concierto solo he lamentado la poca respuesta de los leoneses, pues apenas estaba mediada la sala, cuando en otras ocasiones ha estado llena o casi llena. ¿No era el día oportuno después del ajetreo de la semana santa? ¿La música clásica no acaba de atraer a la mayoría de la gente? No sé la causa real. De todas formas, ha sido una pena que los leoneses hayan perdido esta ocasión de escuchar a su joven orquesta con obras tan bellas.

Este concierto se ha podido llevar a cabo (como la propia existencia de la JOL) gracias a un grupo de entidades patrocinadoras, como el Ayuntamiento de León y la Fundación Eutherpe, y el apoyo de otras entidades. A todas ellas expresamos nuestro profundo agradecimiento por su bella labor cultural, y deseamos que continúen apoyando esta iniciativa. Fue muy grato ver, en el concierto, al alcalde del Ayuntamiento y a la presidenta de la citada Fundación, así como a otros representantes de las entidades que apoyan a la JOL.

Esperamos que iniciativas como esta sigan siendo defendidas en pro de la cultura leonesa. Nuestro mundo lo necesita ante tanta contracultura, venida, sobre todo, del mal uso de los medios informáticos, las redes sociales, etc., que atrapan especialmente a los jóvenes, quienes -como todos sabemos- son el futuro de la sociedad. Son ellos precisamente los que más necesitan conocer iniciativas como esta de la JOL, para ayudarles a desarrollar la creatividad y la sensibilidad artísticas, tan ausentes, hoy, del mundo en que vivimos, debido, en buena medida, al predominio de lo masculino frente a lo femenino.

Es reconfortante saber que, en el mundo de la educación, se está tomando conciencia, cada vez más, de la necesidad de desarrollar la creatividad, hasta ahora olvidada, como medio para desarrollar una sociedad más activa, participativa y responsable. Y ello ayuda a descubrir la verdadera creatividad artística y saber que, si bien esta ha sido atribuida exclusivamente al varón y a la masculinidad, la realidad es justamente lo contrario, corresponde esencialmente a lo femenino. Es este un gran descubrimiento que ha de tener enormes consecuencias en la música y en el arte en general. Recordamos algunas de las creadoras musicales más conocidas, como Hildegarda de Bingen, Maria Anna Mozart, Fanny Mendelsshon, Clara Schumann, Alma Mahler, Nadia Boulanger, Germaine Tailleferre, etc. Asimismo, se está empezando a saber que algunas de las obras atribuidas a compositores famosos (Mozart, Mendelsshon, Schumann o Mahler) pertenecen, en realidad, a sus hermanas o esposas. ¿Por qué? Porque a la mujer se le prohibía el acceso a la creatividad artística, como a otros muchos campos del saber humano.

Por otra parte, es bien conocido el poder de la música para fortalecer la mente y liberar el espíritu creativo, de que habla Don Campbell, en su bello libro, «El efecto Mozart», donde se lee: «¿Qué es ese medio mágico que nos conmueve, nos hechiza, nos da energía y nos sana? En un instante, la música es capaz de animarnos; nos despierta el espíritu de oración, de comprensión y amor. Nos despeja la mente y se sabe que nos hace más inteligentes». Muchos de estos efectos eran ya conocidos en las antiguas civilizaciones, como China, India, Sumeria, Egipto, Grecia.

Y continuando con la creatividad, no parece exagerado afirmar que la manifestación más evidente de lo divino en el hombre es precisamente la capacidad de crear, lo que le asemeja a la divinidad misma, al Creador, y en especial la creatividad artística, como es la música. Por eso, es tan importante la educación artística que se debe dar a los niños y los adolescentes, llenando su vida de arte y música, que es llenarla de belleza y alegría. Lo cual ayuda a desarrollar la sensibilidad ante las obras de arte y ante la propia naturaleza, y lograr, así, unas sociedades más armónicas y solidarias, capaces de vivir en un espíritu de hermandad y colaboración, en unas relaciones cordiales. A este respecto, Albert Einstein, el gran científico, que fue también un notable violinista, debe ser recordado por todos, una vez más, por su defensa de la creatividad y sus nobles y elevados sentimientos humanos.

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