Bolaños o el espíritu de la contradicción
El caso de este ministro del gobierno de Sánchez requiere tratamiento especial. Pone cara de no haber roto un plato en su vida y, sin embargo, la realidad es muy otra. Siempre está atento a lo que pueda decir su jefe, para remarcarlo y darle más pábulo, o sencillamente para hacerle la ola.
Con motivo del comentadísimo asunto del traslado de la sede fiscal de la empresa española Ferrovial a los Países Bajos, nuestro hombre se ha soltado el pelo y ha repartido sin cuento al PP y especialmente al Sr. Núñez Feijóo. Y me pregunto, el ministro Bolaños ¿se atreve a criticar a un político que ha conseguido cuatro victorias por mayoría absoluta, como presidente de la Xunta de Galicia? ¿Qué pretende demostrar el ministro? Hasta donde conocemos, el Sr. Feijóo tiene experiencia y mucha en desarrollar con éxito el gobierno de una comunidad. Es un auténtico gestor. El ministro Bolaños hace un cuarto de hora que pisa moqueta y ya se cree el rey del mambo.
Siempre digo que somos un país donde la palabra democracia salta de boca en boca con demasiada frecuencia. Merece mucho más la pena practicarla más y hablar menos de ella. Pero ese argumento, con los ministros socialistas es inútil. Ellos son la democracia y al que no le guste que se joda.
Nos esperan grandes tormentas, políticamente hablando, hasta el día, cada vez más cercano, de las elecciones de mayo. Y con toda seguridad, el sr. Bolaños volverá a ser el perejil de todas las salsas, ya digo, dando gusto a su jefe. No lo tiene fácil el PSOE para esta cita del 28-M. Después de una legislatura donde se han hecho verdaderas barbaridades, siempre en nombre de la Democracia e incluso de la Constitución. Menudos son ellos. Pero ya se les conoce, después de la consulta en las urnas y si se cumplen los pronósticos que ofrecen todos los institutos de investigación menos el del sr. Tezanos, volveremos a escuchar que la culpa de todo la tiene el Sr. Feijóo, cuando no el Sr. Aznar. ¡Qué país tan enrevesado tenemos! Maravilloso en muchos órdenes, pero sin duda enrevesado.
Volviendo al Sr. Bolaños, vamos a convenir que siempre protesta cuando hay que juzgar o solamente escuchar, cualquier argumento proveniente del PP. Es como una obsesión que anida en este hombre y que es incapaz de superar. De repente se acuerda que ha hecho cursillos de hablar en público y entonces baja el tono de voz en una burda imitación de otros parlamentarios, españoles y de fuera, a los que no les hace falta gritar para intentar convencer.
Son 35 días aproximadamente los que restan para las elecciones. Los políticos involucrados en los comicios de mayo están de los nervios con lo que se les viene encima. Y aunque siempre se dice que se lucha por las ideas, en este caso y centrándonos en los políticos del Gobierno de coalición, vamos a convenir que les preocupa mantener el sillón que les ha dado de comer y muy bien durante esta legislatura.
Quiero referirme de nuevo, al revuelo organizado durante las últimas semanas con motivo de la decisión de una gran empresa española de trasladar su sede fiscal a los países bajos. El propio presidente Sánchez lo ha digerido fatal y no digamos sus ministros, pero el famoso Bolaños se ha empeñado en demostrar que eso es una mala acción de Ferrovial para con España. Así de contundente ha estado el tío. El solito, sin necesidad de intermediarios.
Así es nuestro hombre, el que dará más de un titular durante el tiempo de campaña para municipales y autonómicas que ya ha comenzado. No me equivocaré.
Va a estar muy divertida la campaña.
Y Bolaños sin peinarse. Pero hombre…