El calentamiento global ha llegado para quedarse
Cualquiera que no crea en el calentamiento global después de lo que hemos sufrido durante el mes de julio y lo que llevamos de agosto está tan profundamente negado a admitir la realidad que no huiría de una casa en llamas. Y, sin embargo, millones de ciudadanos en el mundo aún no aceptan los hechos revelados por la ciencia y sufridos por millones de personas. Más bien, siguen creyendo las mentiras propagadas por la industria de los combustibles fósiles, por algunos políticos y por los pseudocientíficos que se han prostituido a favor de la industria. Pero igual de necios somos todos los que aceptamos la ciencia del cambio climático y no hacemos nada para detener esta locura.
Julio ha sido el mes más caluroso registrado en toda la historia de la humanidad. Las salas de emergencia de muchos hospitales se llenaron de víctimas de golpes de calor, así como de personas con quemaduras producidas por el sol. El calor, a nivel mundial, mata a más de 5 millones de personas al año. Los ancianos, los enfermos, los pobres y los sin techo son los que más sufren el calor. Otros muchos murieron a causa de las inundaciones provocadas por las tormentas. Pakistán y otros países del lejano Oriente han sido devastados por las inundaciones. En España se han recibido lluvias que llenaron los pantanos, pero también produjeron inundaciones que destruyeron casas y tierras de cultivo. El calor y las inundaciones a nivel mundial cuestan miles de millones de euros en daños y pérdida de productividad y están creando más refugiados climáticos que deben migrar para sobrevivir.
Dicen algunos expertos que estos efectos devastadores del clima son solo el comienzo. La única duda que queda es conocer cuando llegará este apocalipsis climático. Algunos científicos piensan que lo peor no llegará hasta el próximo siglo, mientras que otros advierten sobre puntos de inflexión que podrían provocarlo rápidamente. Según la Oficina Nacional de Administración Oceánica de EE.UU. y de acuerdo a sus modelos de desarrollo, el aumento promedio del nivel del mar podría ser de 2,2 metros para 2100 y 3,9 metros para 2150".
Los escenarios climáticos de un cambio podrían ser aterradores. Uno es que si todo el hielo de Groenlandia se derrite, el nivel del mar subirá 3 metros, pero si se derrite toda la capa de hielo de la Antártida, el nivel del mar podría aumentar hasta 58 metros. Las ciudades costeras se inundarían, desplazando a cientos de millones. El otro punto de inflexión podría provenir de descongelar el permafrost siberiano que podría liberar suficiente metano para acabar con el mundo tal como lo conocemos.
En el siglo XXII y más allá, cuando la gente haya olvidado las guerras, las pandemias y las crisis económicas y políticas de los siglos XX y XXI, no nos recordarán por nuestras innovaciones tecnológicas. Nos maldecirán por destruir nuestro planeta, su único hogar. Hoy nos preguntamos por qué los alemanes no hicieron nada para detener el genocidio bajo los nazis. Las generaciones futuras se preguntarán por qué no hicimos nada para detener el calentamiento global. Millones de personas morirán en la catástrofe que se avecina o sufrirán privaciones en un planeta empobrecido durante los siglos venideros.
Para los creyentes esto es aún más grave porque estamos destruyendo la creación de Dios, la “casa común”, el regalo más grande que Dios nos ha dado, como dice el Papa Francisco. Y en lugar de atesorar este regalo y hacer que llegue a las generaciones futuras, somos como niños que rompen sus juguetes el mismo día de recibirlos, el día de Reyes. A las generaciones venideras, todo lo que podemos decirles es: Lo sentimos. Pero esa no era nuestra intención.