Diario de León
Publicado por

Creado:

Actualizado:

Quién inventaría ese inicuo cuento de «la superioridad moral» de la izquierda? O ¿será que al inventor se le olvidó poner in- delante de la palabra moral?

¿Existe hoy un solo ser humano que entienda de moral y que siga afirmando eso? Nunca en la historia de España (y seguramente de Europa) se ha inmoralizado tanto en política y a la población como en los años del sanchismo.

Es moral y culto sólo quien trabaja y cultiva la verdad y la belleza, quien hace eso hace el bien. No hay progreso posible sin moralidad y cultura, o sea, sin la verdad y la belleza para hacer el bien. Superioridad en política es el bien común y no el sillón monclovita.

Solo existe moralidad política en atender al bien común, atender en su acepción más amplia. ¿Quién encuentra eso en el sanchismo? La cultura defendida, aplicada, impulsada y legislada en este periodo es inculta e inmoral a la vez porque va con la mentira y en contra del bien común.

El bien común es vida y no cultura de muerte. El bien común está enraizado en la familia como núcleo básico de la sociedad y el sanchismo ha demostrado ser anti-familia en todas sus dimensiones. El bien común es defender los principios, los valores y las necesidades del conjunto social como conjunto de personas, y no las necesidades de la persona que manda para su propio bien, a costa de exprimir al resto de la población y olvidar a los más necesitados (de principios y valores no hablamos, porque carece totalmente de ellos).

¿Superioridad moral y cultural de la izquierda sanchista? Cinco (5) años inenarrables de superioridad, sí, inmoral e incultura. Sólo algunas pinceladas:

El odio, la división y la agresión se han instalado de forma radical, sembrados por sectores del gobierno, de los partidos que le soportan y de sus huestes, lo aportan como parte sustancial de su izquierdismo ¿superioridad moral?.

Su instalación prioritaria en la Agenda 2030 y el apoyo de Soros que fue el primer visitante externo recibido en Moncloa. Aportan cultura de muerte, descarte, pobreza, corrupción de menores y dependencia del nuevo orden mundial; o sea, autodestrucción nacional y esclavitud. Todo muy culto y moral ¿ ?

Todo con perspectiva de género. Ideología invasora, falsa, supeditada a los colectivos LGTBIPQA+ que implantan leyes al mando del ministerio desigual; leyes contra-cultura y contra la moral ciudadana. Siempre hay una ideología donde falta la ética, la cultura, la verdad, la razón, el honor, el valor, la autoestima y la humanidad; demasiada carencia superior.

La absoluta falta de respeto a los derechos de las personas, a la justicia, a la vida, a la libertad y, en general a la dignidad humana, ¿Es muy moral y muy culto faltar al respeto a toda la esencia de la sociedad y utilizar la falsedad como principio básico, inamovible e inapelable?

Superioridad moral-cultural para destruir niños, corromper infantes y adolescentes en su sistema de adoctrinamiento deseducativo y conducir directamente a la pederastia más fácil y multiplicada a base de hipersexualizar a los niños desde la infancia en las escualas.

Cultura de la exhibición, homenaje y ensalzamiento de terroristas. Aplaudir a terroristas y violentos es parte de su superioridad moral y cultura progre.

Cultura sin entidad ni trascendencia. Sólo cuenta mi deseo aquí y ahora, ser humo de progresismo y peleles al servicio de la Agenda 2030. Eso es superioridad de las izquierdas de hoy, Sánchez y sus lacayos Frankenstein.

Moral y culturalmente superiores también en cristianofobia y desprecio o destrucción de todo cuanto es respetado por una gran mayoría de españoles que mantienen sus raíces, sus valores, sus principios, sus tradiciones y sus vínculos familiares.

Y SÍ es partidario Sánchez de montar una cultura de charocracia; para ello construye un improvisado ministerio en el que el circo es la actividad más destacada, la superioridad inmoral no tiene límites y la ideología desigualadora campa por sus fueros. Donde meten sus zarpas remueven las vísceras de todo ser normal.

El sanchismo no admite cerebros, sólo estupidez que mantenga su ego. El ejemplo más destacado actual es el «alivio penal», esa retorcida expresión inventada por el genio Sánchez en su ciénaga moral que le permita seguir.

Legisla; no, no legisla, decreta desde la mayor de las ignorancias y pobreza mental como es ignorar la riqueza del ser humano y su cultura. Desde esa inmensa ignorancia piensa, no, no piensa, imagina que él es el único que puede ser jefazo. Decretazos contra la cultura democrática y contra el bien común.

Hoy se sitúan en la inmoralidad destructiva de la España única y la incultura de la división, la desigualdad, la injusticia y la veleidad.

Superioridad delictiva sí, superioridad moral y cultural ninguna, ni rastro. La izquierda, todas las izquierdas hoy en España y en el núcleo poderoso de Europa situado en Bruselas, son cómplices; más aún, son instigadoras, ladronas, explotadoras y expoliadoras de todo lo español utilizando su miseria moral y cultural. Son anti-cultura y profunda inmoralidad progre.

Nosotros, «los fachas, fascistas, extremistas, machistas que no somos progres»: Tenemos cultura de vida, nos dedicamos a hacer el bien, buscamos la verdad y reconocemos la belleza en la dignidad humana. No somos progres, despreciamos y rechazamos la ideología de género y sus múltiples chiringuitos quema-recursos.

Superioridad moral es conocer el bien, decir el bien y hacer el bien. Es cultura y ciencia reconocer que mujeres y hombres somos diferentes en todo excepto en derechos y deberes ante la ley (pero no ante las leyes sanchistas) y como seres humanos trascendentes. Para nosotros el sanchismo es una burla, es todo menos moral y ético; y, dado que está muy alejado del bien común, es anti-política.

Soy feminista y masculinista (complementarios de absoluta necesidad). A partir de ahí respeto toda manifestación y expresión humanas que no dañen a las personas.

Defiendo que el bien común es el objeto único de la acción política y todo lo que atente contra el bien común es anti-política; ahí está situada la incultura y la inmoralidad del sanchismo, que hasta sus mismos conmilitones le reprochan y se avergüenzan de él.

tracking