Diario de León

En San Andrés, se han juntado el hambre con las ganas de comer

Publicado por
Noelia Álvarez Díez
León

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Observamos con tristeza y preocupación, la situación actual de inactividad administrativa que campa en el Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo, gobernado desde las últimas elecciones por la UPL y con la señora Ana María Fernandez Caurel como alcaldesa. No es raro escuchar a los ciudadanos los lamentos por la situación de parálisis global y quejándose de la mala suerte que tenemos ante situaciones que parece solo, producirse en este «maldito municipio». La verdad es que las cosas no pasan porque sí. Las cosas ocurren siempre por algo. Dice el rico refranero español, que «siempre se juntan el hambre con las ganas de comer», y es la mejor explicación a lo que ocurre en San Andrés del Rabanedo.

Desde los tiempos pretéritos de la alcaldía de don Miguel Martínez (PSOE), se consolidó una gestión basada en el denominado «localismo agresivo», por todos conocido, en el que lo que importaba era el voto a cambio de una «prestación laboral», bajo la fórmula muy habitual, del «estomago agradecido», y siempre con la utilización de pericias administrativas basadas en el dedazo, que facilitaban el ingreso de personal dócil, pero sin ningún rigor técnico-administrativo. Lejos, por tanto, de buscar la eficacia y la eficiencia, como dogmas a observar en cualquier organización administrativa. De aquellos polvos, estos barros. Hoy no hay ni tan siquiera Relación de Puestos de Trabajo (es obligatoria desde el año 1982), con ausencia de funcionarios pertenecientes a los grupos A1 y A2, absolutamente necesarios para facilitar un servicio público de calidad a los ciudadanos.

Pues bien, si a esa situación heredada de tiempos inmemoriales y de muy difícil solución, por las raíces profundas que ha adquirido, le unes un equipo de gobierno de la UPL, arrogante (no querían coaliciones de ningún grupo político en su gobierno, y ello a pesar del mapa político resultante de las elecciones) indeciso, temeroso, sin recursos personales para afrontar situaciones complicadas, en el que unido el tiempo de gestión publica que exhiben todos sus concejales no suman un minuto, el resultado irremediable de la ecuación, no puede ser otra que la parálisis, el perjuicio y la carencia de servicios a los ciudadanos, que no olvidemos, en términos futboleros pagan y contribuyen como si jugaran en la Primera División, cuando realmente están a la cola de la Regional Preferente.

Tal incapacidad deriva en la desviación de responsabilidad de la propia alcaldesa, hacia derecha, izquierda, arriba y abajo, cuando la causa y el motivo es de su absoluta responsabilidad, y el resultado la consecuencia de su propia incapacidad. Pasaron los tiempos de exigir desde la oposición lo obvio, siempre amparados en el paraguas de la ambigüedad, para abstenerse cuando alguna moción o alguna propuesta, pudiera tener una posible responsabilidad, por mínima que fuera. Ahora es el momento, en el que no vale la indefinición y necesariamente hay que tomar decisiones que no oculto que son complicadas, pero también es verdad que necesarias para el interés general, aquel que ustedes desde la oposición, exigían al equipo de gobierno de turno. Hoy son equipo de gobierno y deben aplicarse el cuento.

En definitiva, la gestión pública en general, y la gestión municipal en particular, requieren de una mínima preparación, valentía y decisión, y esos conceptos fallan en el equipo de gobierno de la UPL, y de manera particular en la persona de su regidora.

Querida alcaldesa, por su bien y sobre todo por el bien del municipio, váyase sin hacer ruido antes de que sea demasiado tarde. Usted ha demostrado no querer asumir responsabilidades y no tomar decisiones, como con claridad le expresó el Consejero de la Presidencia de la Junta de Castilla y León, que al parecer tenía la razón, pues la posible solución la tenía en su casa y no la había explorado. No obstante tal solución se adopta prescindiendo del procedimiento, que no hace más que confirmar su incapacidad. Han sido, y van solo unos meses de gobierno, la decepción más absoluta de la práctica totalidad de la población de este insigne municipio de más de treinta mil habitantes, y tercero en la provincia de León.

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