Javier Milei, un político atípico, gana las elecciones en Argentina
Javier Milei, economista y congresista, obtuvo el 57% de los votos en las elecciones del 19 de octubre y ganó en 21 de las 24 provincias de Argentina, superando al candidato Sergio Massa, de la coalición peronista gobernante.
Milei ganó por una mayoría holgada las elecciones presidenciales de Argentina con un programa ultraliberal, prometiendo dolarizar la economía y reducir el papel del Estado en una Argentina acosada por continuas crisis económicas y una inflación galopante. «Hoy comienza la reconstrucción de Argentina», dijo Milei a sus seguidores después de ganar las elecciones. «El modelo de decadencia ha llegado a su fin», añadió. «No hay vuelta atrás».
Javier Milei, una figura un tanto excéntrica, ha prometido cambiar el peso argentino por el dólar estadounidense para frenar la inflación de más del 140%, eliminar ocho de los 18 ministerios del gobierno, «quemar» el Banco Central y establecer relaciones sólo con las naciones que él considera libres. Con el 40% de la población viviendo en la pobreza, su victoria fue un rechazo a las políticas económicas del país de los últimos 20 años. Los peronistas se enorgullecían de la «justicia social», que incluía educación gratuita, atención sanitaria y gasto en bienestar social. Pero estas políticas no han funcionado y la derrota del peronismo sugiere que fue algo más que su fracaso económico después de casi 40 años en el poder.
La victoria de Milei también pone en peligro las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Milei ha difamado al Papa Francisco, le ha llamado «sucio izquierdista» y no hace mucho tiempo le consideraba como una «presencia maligna en la tierra». En su campaña también se habló de romper relaciones con el Vaticano, aunque el propio Milei, en las últimas semanas, se retractó de sus comentarios sobre la ruptura de lazos con el Vaticano y suavizó su tono para ganar a los votantes centristas. No obstante, las relaciones entre la Iglesia y el Estado durante el gobierno de Milei, a juicio de Mariano De Vedia, escritor de asuntos religiosos en el periódico argentino La Nación , «Siguen siendo una cuestión abierta». «La relación puede encaminarse si Milei continúa con el estilo más moderado que está mostrando en sus últimas apariciones».
Los obispos argentinos, por su parte, no se han pronunciado sobre la victoria de Milei, pero los sacerdotes que trabajan con los pobres en las «Villas Miseria» de Argentina se pronunciaron contra Milei y celebraron una misa de reparación en septiembre después de sus comentarios contra el Papa. El padre Ferrari, que forma parte del Grupo de Sacerdotes en la Opción por los Pobres, dijo que la jerarquía eclesiástica «trató de no entrar en una disputa política» con Milei. «En lugar de atacarle para defender al Papa, lo que han hecho es invitar al Papa a ir a Argentina».
Los obispos han preferido no hacer manifestaciones en contra de Milei. Pero una llamada del Papa a Milei para felicitarle por su elección como presidente y desearle «coraje y sabiduría» para su nueva andadura sorprendió por igual a Milei y a los obispos argentinos. A la llamada del Papa, Milei se declaró «arrepentido» y respondió con una invitación a visitar Argentina tanto en calidad de jefe de estado como de líder de la Iglesia Católica. Estos hechos han rebajado las tensiones entre la iglesia argentina y Milei.
Pero «es probable que a medida que la crisis social se profundice, las diferencias persistirán», afirmó De Vedia. Así están las cosas entre la Iglesia y el Estado en Argentina, país mayoritariamente católico y patria del Papa Francisco y de Javier Milei.