En cadena en el PP

La decisión de Mario Amilivia de renovar a siete de sus actuales concejales y de llevar a Manuel Martínez en su lista como futuro responsable de Deportes del Ayuntamiento tiene diferentes consecuencias y lecturas. La primera y más obvia es la apuesta decidida y firme del alcalde por obtener la mayoría absoluta. También ha dejado claro quién manda no sólo en el Ayuntamiento, sino también en el PP de León, y ha hecho -o está haciendo- la lista municipal como él quiere hacerla reconociendo -quizás implícitamente- que de haber renovado hace cuatro años quizás hubiera obtenido aquel concejal número 14. Amilivia sabe, en todo caso, que si no obtiene la mayoría absoluta puede recibir duras críticas de su partido en Valladolid y León. La segunda consecuencia es la salida de Enrique Gil hacia un destino, la candidatura al Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo, que ni desea ni le va a venir bien al PP. Amilivia ha matado dos pájaros de un tiro con esta jugada -quizás maestra-, pero poniendo por delante los intereses de León a los de San Andrés. El PPentrega casi en bandeja la mayoría absoluta del tercer municipio de la provincia a Miguel Martínez y pierde, probablemente, la posibilidad de futuras negociaciones para alcanzar pactos de gobierno con la UPL en San Andrés. Por cierto, ¿nunca pensaron en el actual alcalde de Villadangos, Teodoro Martínez, que vive en Trobajo, como posible candidato para San Andrés? El alcalde de León propone además su propio aspirante a la Diputación. Bendecido Javier García Prieto por la prensa, será difícil que el resto de la cúpula del PPmuestre fuerza o redaños para decir algo en contra. Tampoco habría motivos, ya que no hay nada que reprochar al relevo de José Antonio Díez propuesto por Amilivia. Es hombre con fama de dialogante y buen gestor, ciertamente lo que necesita la Diputación. La última consecuencia es la incertidumbre que queda en el aire sobre el destino de López Benito y de Luis Aznar. Irán a las Cortes autonómicas, ¿Es lo que querían?