Diario de León
Publicado por
Fernando Ónega
León

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Ayer hemos visto a José María Aznar con un grupo de empresarios. Fue uno de los momentos más tranquilos de un dirigente del PP en los últimos tiempos: el recinto era el de Moncloa, no estaba al alcance de ningún manifestante ni de ningún pacifista, y los empresarios son más tratables que los líderes de los demás partidos. Y además, las noticias eran buenas: las tropas aliadas estaban avanzando a buen ritmo y ya estaban a treinta kilómetros de Bagdad. En consecuencia, el dinero dejaba atrás la tristeza de la resistencia, empezaba a sonreir y las bolsas subían con el entusiasmo que suele anunciar la victoria. Novedades así son capaces, incluso, de cambiar la cara del presidente español. Y ayer la cambiaron. Estaba más sereno, por no decir feliz. Por eso sus palabras sonaron en aquella sala como el parte de un general americano: son «horas decisivas». Después, los telediarios lo confirmaban: los carros de combate avanzaban por el desierto, los carteles de la carretera decían «Baghdad», y los comandos suicidas no estaban en la ruta, sino preparándose para otras acciones. Las fotos de los niños amortajados y mutilados y de ese hombre que había perdido a quince miembros de su familia se habían publicado esa misma mañana, pero parecían del pasado. El presidente. La parte española de la guerra. La parte comprometida. Si alguien desea que se ponga la bandera americana en el palacio de Sadam, es él. Es el dirigente europeo que más sufre la impopularidad del conflicto. Ayer, mientras hablaba, unos operarios tenían que borrar la leyenda «asesinos» en una sede de su partido. Otros ciudadanos estaban presentando querellas contra él en los juzgados. Por eso, tengo la sospecha de que pasa las horas con el oído pegado al teléfono o rezando para que acabe este calvario. Y ayer empezó a sonreir. Una hora que acabe antes la guerra es una hora que gana para las elecciones. Una repercusión positiva en la Bolsa es un aliento para las urnas. En el fondo, la cara de Aznar es un mercado de valores.

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