Diario de León

CRÓNICAS BERCIANAS

Buñuel en Balboa

León

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LA RESACA electoral está resultando más ardua de lo que parecía en un primer momento. Todos creíamos que la Junta Electoral Central iba a dar la razón al PSOE en el traído y llevado voto de Balboa, pero de repente llega el órgano judicial y manda parar. Y claro, comienza el jaleo. Que si en los pueblos pequeños la gente sólo conoce a su candidato, que si la presidenta de la mesa electoral era la mujer del cabeza de lista popular, a la sazón ex regidor socialista y cartero del pueblo este detalle tiene mucha importancia, que si las papeletas se tenían que haber destruido, que si Monteserín se sirvió de artes «caciquiles» para conseguir la «mayoría»... Una moneda al aire decidió lo que no pudieron discernir las urnas. El PP tiene la Alcaldía gracias a Eduardo Fernández, que llegó raudo y veloz tras haber dado un impulso a la candidatura de Susi al Consejo Comarcal del Bierzo. Fue él quien se adelantó a los representantes socialistas y eligió la cara. «La moneda está trucada», se oyó decir en la sala de los Juzgados. Después, lo de siempre, la alegría desbordada del vencedor y la perplejidad del aún regidor. El sistema de la moneda es totalmente absurdo. Que poca imaginación. Por lo menos, podrían jugárselo a los chinos, un planteamiento en el que los candidatos tendrían que demostrar su capacidad intelectiva, aunque probablemente ambos habrían dicho que el otro se guardaba 169. Otra posibilidad era que hubieran participado en un juego en el que pusieran a prueba sus posibilidades políticas. Un ejemplo: cada uno de ellos tiene diez minutos para recitar su programa electoral. Vamos, apuesto que lo habrían tenido muy difícil sin comodines. Enumerar los nombres de sus votantes sería algo demasiado fuerte en estas fechas estivales y además, ya sabemos que el sufragio es secreto. La última que se me ocurre es que hicieran el Camino de Santiago. El que primero gane el jubileo, gana. Estaría bien ver cuantos simpatizantes estarían dispuestos a acompañarles para repartir el avituallamiento en las etapas más complicadas. Lo de Balboa tiene toda la pinta de convertirse en el girigay del mes. De momento, los incondicionales de Cerezales ya han advertido de que harán todo lo posible por impedir que Monteserín se aferre de nuevo al bastón de regidor. Además, han dejado el balcón del Consistorio hecho una monada. Los carteles que han puesto los fans de Epifanio no dejan lugar a las dudas. Los insultos más suaves que dedicaban el sábado al reconvertido popular son los de capo y mafioso. Tela. No sé si recuerdan la película de Buñuel El ángel exterminador en la que todos los burguesitos eran incapaces de abandonar la fiesta a la que habían acudido. Los cambios en los equipos de gobierno son algo parecido. Hay fuerzas que desconocemos que hacen que todos nos aferremos a las salas palaciegas. Lo mejor que pueden hacer Cerezales y Monteserín es subirse a una peana y emular a Simeón el Estilita. Los plenos y comisiones de gobierno se podrían celebrar a su alrededor. Sólo así demostrarían que realmente les importa el bienestar de sus conciudadanos. Pero claro, el sillón es más cómodo.

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