Diario de León
León

Creado:

Actualizado:

INCLUSO admitiendo que «hay gente pa tó», ciertas aficiones rozan como mínimo la porno gimnasia, vamos a llamarlo así de momento. Junto a la Diputación han colocado una gigantesca grúa desde la que te puedes lanzar al vacío. La gracia consiste en que cuando la ley de la gravedad va a cumplir su inexorable dictadura, es decir, estrellarte contra el puñetero suelo, una cuerda elástica tira de ti hacia arriba, con lo que finalmente, tras serpentear un rato, quedas colgado del vacío; al parecer, la experiencia da gustirrinín. Personalmente, ya me cuesta entender que alguien se ponga tachuelas en el ombligo cómo para captar el sentido lúdico de tirarse desde lo alto de una grúa. Si necesito emociones fuertes, experiencias de riesgo, subidón de adrenalina, me pongo el grandes éxitos de Georgie Dann; o si no me atrevo a tanto, porque la edad ya no perdona, me veo un ratito de intervenciones en la Asamblea de Madrid. Mi sentido del riesgo físico empieza y termina en subirme a un tiovivo, por lo que todo esto me parece estrambótico. Y nada tiene que ver con la proeza de ponerse ante un torazo, ni siquiera con la tensión intelectual de una buena partida de ajedrez; pertenece a otra jerarquía de la tensión. Todo parte de un equívoco sobre la esencia de los términos valor y riesgo, demasiado importantes para ser confundidos con espejismos para estresados; también hay quien libera sus angustias de yuppie trepador jugando en la sierra a los comandos. En fin, lo dicho, hay «gente pa tó». Pero por ahí va el mundo del ocio, hacia el simulacro del simulacro. Insistamos en ello, el valor es otra cosa muy distinta. Lo de tirarse desde lo alto de una grúa¿ todo lo más, redañines. Porno gimnasia. Sí, dejémoslo ahí.

tracking