Y van cuatro

SIEMPRE HAY un «más difícil todavía», como en el circo. Durante mucho tiempo estuve convencido de que lo más dificultoso era encontrar una aguja en un pajar, pero luego me di cuenta de que es aún más arduo encontrar un pajar en una aguja. Bueno, pues esas dos cosas se quedan en nada si las comparamos con la dificultad que supone hallar una pistola en el vertedero de Almodóvar del Campo o una persona decente en ese otro vertedero en el que se ha convertido en los años últimos el Ayuntamiento de Marbella. La búsqueda de la pistola del llamado «asesino de la baraja» continúa siendo infructuosa, después de haber removido 300.000 kilos de basura, con un pestazo importante y bajo un techo de gaviotas ávidas. ¿Cuántas toneladas de basura habrá que remover en el ayuntamiento marbellí? La Audiencia Nacional ha admitido a trámite una querella interpuesta por la Fiscalía Anticorrupción, que si estuviera tan ávida de pruebas como las gaviotas de comida ya tendría sus anaqueles llenos. La nueva alcaldesa, Marisol Yagüe, de la que todo el que la conoce dice que es un zoquete, aunque cante bien y guise todavía mejor, está acusada de percibir 69.675 euros de la empresa municipal Turismo Ayuntamiento de Marbella 2000 por participar en una fantasmal comisión gestora. A su hermano, Juan Antonio Yagüe, ex concejal, se le atribuye el cobro de 147.530 euros por facturas de invisibles obras. La familia que trinca unida permanece unida, pero hay otros implicados que no tienen lazos familiares más que en el sentido que dan a esta palabra las distintas bandas de gangsters. Entre las 32 personas implicadas por Anticorrupción se encuentran los tres anteriores alcaldes: Jesús Gil, Pedro Román -que estuvo en funciones- y Julián Muñoz. Es urgente que lleguen los de la desinfección para fumigar a las diferentes bandas, que si bien se mira no son tan diferentes, ya que todas tenían un común propósito: enriquecerse con el saqueo de Marbella. A ver si alguno de sus miembros encuentra la pistola en el vertedero.