Correfuegos

FUE HACE dos años. El paso de un tren que bajaba el puerto de Manzanal desprendiendo chispas de sus frenos dejó una estela de fuego de veinte kiló metros a lo largo de la vía, según la investigación oficial de la Junta. Las llamas se propagaron en cinco frentes distintos aquel 16 de septiembre y terminaron calcinando más de 300 hectáreas entre las localidades de La Granja de San Vicente y San Pedro Castañero. Fue hace dos años, pero como si hubiera sido ayer, porque el tiempo transcurrido no ha servido para evitar que un suceso así se repita. El juzgado de Ponferrada encargado del caso todavía valoraba la reapertura de las diligencia sobreseídas provisionalmente cuando nuevo tren bajando el puerto provocaba el 6 de agosto de este año un nuevo incendio forestal a su paso por La Granja, según el informe de la Guardia Civil. El fuego calcinó esta vez una décima parte de la superficie, pero se rozó la tragedia cuando una lengua de fuego envolvió la cabina de un camión motobomba movilizado para extinguir las llamas, reventó el cristal lateral, y dejó herido a su conductor, que sufrió quemaduras de primer y segundo grado en la cara y una mano. No aprendemos. Me cuentan que una sencilla limpieza a tiempo de los márgenes de la vía ahorraría más de un susto a los habitantes de las localidades del Bierzo Alto por donde cruza una línea de ferrocarril unida a la tragedia desde que en enero de 1944, otro tren que bajaba el puerto se quedara sin frenos y terminara chocando con una máquina de maniobras y un mercancías en el fatídico túnel número veinte. Debe ser complicado evitar que un tren que se pega a los raíles en las sinuosas curvas de la bajada del puerto de Manzanal desprenda partículas incandescentes cuando usa su sistema de frenado para reducir la velocidad. Pero no puede ser tan difícil, ni tan caro en un momento en que las administraciones gastan miles de euros en movilizar un operativo contra incendios, acordarse de crear un perímetro de seguridad a lo largo de la vía desbrozando los matorrales. No sirve de nada aumentar el número de medios empleado en la extinción de incendios forestales, dotar a la comarca de más helicópteros y más cuadrillas, más camiones motobomba, y más dinero para contratarlos, si se falla en algo tan sencillo. Si la experiencia no nos sirve para aprender de nuestros errores. Al juzgado, que ha reabierto las diligencias del primero de los dos incendios en vista de las conclusiones del informe oficial de la Junta, le corresponde decidir si Renfe tiene alguna responsabilidad en los focos de fuego iniciados en La Granja de San Vicente. Pero en tanto deciden los jueces, a la Junta de Castilla y León, y también al área de Medio Ambiente del Consejo del Bierzo, lo que les corresponde es poner los medios para prevenir situaciones más que previsibles. Y si llega el caso reclamar a la compañía ferroviaria que mejore el sistema de frenado de sus convoyes. Los trenes atraviesan a diario el puerto de Manzanal. Y la hierba no deja de crecer.