Diario de León

LA VELETA

Navidades posnacionalistas

Publicado por
RAFAEL GUIJARRO
León

Creado:

Actualizado:

DE LOS regalitos para el nene y la nena que se ofrecen para estas Navidades, habría que destacar la captura de «Susper» y sus «ordenadores encriptados». Casi parece que escapó de la comisaría con un cencerro puesto para dar el cante de todos sus pasos en la reconstrucción de la banda terrorista y facilitar así la situación devastadora de sus efectivos en la que se encuentra actualmente, para bien de la gente de paz, que son los que saben que las cosas no se arreglan a tiros, sino hablando unos con otros. Para mayor sorpresa del Lehendakari, hasta podría darse el caso de que llegara a presentar su Plan Soberanista en un escenario de paz, si lo sigue retrasando hasta el otoño. «Susper» nos está regalando un escenario de paz, con toda la gente en la calle, sin miedo al tiro en la nuca ni al coche bomba, hablando por los codos entre txikito y txikito y cantando por la liberación de la amenaza de los violentos a todo un montón de personas que ansían vivir juntos en un proyecto común. Desaparecido «Susper», desaparecidos Arzallus y Egibar del puente de mando del partido, la rama fundamentalista guipuzcoana del PNV y, por consiguiente también la del PSE, sometidas al centralismo vizcaíno de Imaz con los aportes alaveses de Ibarretxe, el escenario del Plan Soberanista cambia radicalmente. A lo mejor podemos hablar así dentro de poco, con mayoría absoluta del PP en Madrid y un partido socialista desencuadernado por sus contradicciones. A lo mejor lo que está viniendo resulta como la caída del Muro de Berlín, que el día antes parecía imposible y al día siguiente a todo el mundo le pareció lo más normal. Aunque aquello parecía fuerte, era de papel de fumar y estaba corroído por la corrupción. No tanto, que también, en el reparto de prebendas entre pocos, sino esa corrupción profunda del que mira a otro lado ante las soluciones violentas, el que justifica la extorsión del impuesto revolucionario como un mal menor, esa justificación de que me quede como estoy al menos para salvar los muebles. Todo eso de repente se hace insoportable por su levedad y el tinglado del nacionalismo violento se viene abajo sin gran estrépito, después de que la carcoma haya hecho su trabajo. Felicidades «Susper».

tracking