Diario de León

EL BALCÓN DEL PUEBLO

Pájaros contra las escopetas

Publicado por
JUAN F. PÉREZ CHENCHO
León

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QUEDAN muchas interrogaciones flotando en el aire político, a raiz de la filtración del informe elaborado por la Central Nacional de Inteligencia (CNI) sobre la entrevista de Carod-Rovira, «conseller en cap» de la Generalitat, con dos miembros de la dirección de Eta: Antza y Josu Ternera, celebrada el 4 de enero en el sur de Francia. El asunto se me antoja extraordinariamente grave. En la CNI existe un profundo malestar por una razón: ha perdido su informe la condición de secreto, esencia misma de su razón de ser, al margen de que se haya utilizado con fines partidistas y, además, agriete los pilares de la lucha antiterrorista. Día a día se encienden luces nuevas sobre la filtración. Ya quedan pocas dudas sobre que fue milimétricamente preparada, con dos objetivos esenciales: influir en la campaña electoral a favor del PP y desguazar al tripartito de Cataluña, y por derivación, al PSOE y a su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero. La crisis del tripartito se resolvió en cuestión de 24 horas, con el cese de Carod-Rovira como «conseller en cap», tal y como pidió Zapatero, y su inmediata salida del gobierno catalán, que será efectiva el 9 de febrero, al presentarse por ERC al Congreso de los Diputados. Carod pagó sus responsabilidades políticas. La firmeza y autoridad de Rodríguez Zapatero en el partido no puede ser ya cuestionada. La inteligencia de Maragall en la resolución de la crisis, tampoco. Ha sido una frustración para Aznar y su Gobierno. Se le cayeron los ladrillos del andamiaje que construyeron como consumados maestros de albañilería política. Los informes de la CNI van siempre a Presidencia del Gobierno y suelen estar todos sobre la mesa de Javier Zarzalejos, a la sazón hermano del director de ABC, medio que adelantó en exclusiva la filtración, y el día que más efecto podía tener: el día que se celebraba en Madrid una reunión de la Asociación Víctimas del Terrorismo, con Aznar de oficiante para poner el broche de oro. Fue un gañafonazo oficial, uno de tantos. Ya no se conforman con poner al servicio del candidato azul de su partido, al Consejo de Ministros o a la TV pública. Ahora se confirma el espiritu depredador de la gaviota, agarrándose a todas las argollas del Estado, incluída la CNI. El Gobierno se encuentra frustrado porque el tiro le ha salido por la culata. Aznar, con el desdén que le caracteriza, al ser preguntado sobre el tema, ha dicho que «no hablo de esas cosas», aunque manifieste que «esa Cataluña de los pactos con los terroristas no es la que da ejemplo a España», y Rajoy se desgañite sembrando confusión, lo mismo que toda la cúpula ejecutvia popular. Tras el cese del «conseller en cap», Carod-Rovira, y el mantenimiento del tripartito en Cataluña, el que tiene que dar explicaciones es el Gobierno por utilizar a la CNI para fines electorales y, paradógicamente, perjudicando a la lucha antiterrorista. A partir de ya, le queda muchas explicaciones que dar y cada vez son más dudosas. En Francia han abierto una investigación judicial sobre la entrevista. Aquí, como los pájaros se volvieron contras la escopetas, enterrarán el asunto, aunque lo utilizarán como perdigonadas en abanico durante la campaña electoral.

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