Bufalo Vil

SÓLO UN CANALLA como George W. Bush puede hacer chiste sobre las armas de destrucción masiva que no aparecieron. José María Aznar nada tiene que ver con esa subespecie de monstruo, pero se dejó fascinar por él.  La mayoría de las decisiones políticas equivocadas tienen solución, compensación, reparación¿ pero ¿cómo se rectifica una guerra, cómo se le devuelve la vida a los muertos?  No caeré en la trampa de esgrimir que los populares tienen consigo los votos de una de las españas, porque implicaría admitir que existe otra antagónica de ella, y no es así.  No somos una sociedad envilecida, que las hay. El Partido Popular debe escuchar con gran atención a su militancia de a pie, al concejal o al diputado sin fama, en definitiva, a quienes tienen una percepción de los resultados electorales no mediatizada; ellos tienen la respuesta a la gran pregunta, más allá de marear la perdiz. Uno de los logros incuestionables de Aznar fue la consolidación del centro político, superando reaccionarismos trasnochados, pero nada hay más alejado del centrismo que una guerra por unas armas de destrucción masiva que nunca aparecieron. El posterior no dije lo que dije resultó irritante. Ayer , García Escudero reconoció que «posiblemente la guerra fuese un error», pero esgrimió que ahora es fácil decirlo a toro pasado. Sonó a algo parecido al reconocimiento de un error, aunque sin terminar de serlo. Porque, en efecto, en política casi todas las decisiones que se descubren luego equivocadas pueden ser corregidas, pero ¿cómo se rectifica una guerra? Las imágenes de Busch buscando las armas debajo de la alfombra son una radiografía de este Bufalo Vil. Qué tristeza debió de sentir José María Aznar al verlo, y que tardía la revelación de su catadura.