La oportunidad de León

LEÓN HA BUSCADO durante años un cambio de dirección, un giro capaz de romper con la inercia de la falta de actividad económica, de la despoblación y del desencanto. Pero esta ciudad está mostrando un dinamismo especial. Se han acogido o van se van a acoger acontecimientos de gran trascendencia, como la celebración del Consejo de Ministros, la salida de la Vuelta Ciclista a España o la próxima cumbre Hispano-Germana. Se van a celebrar encuentros como el Congreso Iberoamericano de Discapacidad. León está de moda. En los últimos meses se han puesto las bases para que ese gran cambio histórico sea posible. Por ejemplo, esta ciudad contará con un Palacio de Congresos de primer nivel situado a menos de dos horas del centro de Madrid gracias a la alta velocidad ferroviaria. Cuando eso sea realidad León tendrá una fuente de actividad económica muy potente y eso son oportunidades para que los leoneses y las leonesas vivan mejor. Este gran proyecto es posible gracias a que, por un lado, el equipo de gobierno del Ayuntamiento de León fue capaz de negociar con Ebro Puleva la cesión de unos terrenos en la revisión del Plan General de Ordenación Urbana y a que se ha podido contar con el apoyo del Gobierno, cuyo compromiso con la financiación del proyecto ha arrastrado a la Junta de Castilla y León. Por otro lado, es posible gracias a que ese mismo Gobierno se va a adelantar en dos años el proceso de integración ferroviaria, un anuncio «sorprendente, que obliga a Fomento a acelerar a marchas forzadas el proyecto», a juicio de un diario nacional de ideología conservadora. A lo largo de este mes de septiembre se convocará un concurso de ideas en el que van a participar arquitectos de prestigio mundial. El viejo edificio de la azucarera Santa Elvira se va a convertir en el Palacio de Congresos y Recinto Ferial de León y en el símbolo de una ciudad próspera. Por cierto, cuando el equipo de gobierno del Ayuntamiento propuso la creación de esta infraestructura, algunos dijeron: «Este tipo de proyectos no son sino andanadas para impresionar a la opinión pública sin un fondo real; da la impresión de que el equipo municipal de gobierno no tiene los pies en la tierra», según recoge el Diario de León el 19 de septiembre de 2003 en su página ocho. Siento que esa fuera la opinión de los señores García Prieto, Saurina y Amilivia. En esas mismas declaraciones aseguraban que el Auditorio era más que suficiente. Una vez más demostraban una falta de ambición exasperante para las leonesas y leoneses. Cuando esa fue la actitud de sus antiguos responsables políticos, a esta tierra no le fue bien. Un dato: desde 1997 hasta junio, en toda la comunidad autónoma sólo una provincia registró un descenso en un indicador tan importante como la tasa de actividad: León. En junio de ese año -doce meses después de la llegada del PP al Gobierno central- el 43,5% de los leoneses y las leonesas trabajaban o querían trabajar. Siete años después, la situación que hereda el nuevo Gobierno es que sólo el 42,6% de los leoneses son activos. Mientras que esta provincia pasaba a ocupar el segundo lugar por la cola en toda España, la media autonómica pasaba del 46 al 50%; Valladolid, del 45,8 al 56,18% y Zamora, del 36,7 al 41,49%. Estos datos dibujan un desequilibrio territorial completamente inaceptable dentro de la comunidad autónoma. Por eso, las declaraciones de responsables del gobierno autonómico después de la celebración el pasado 23 de julio del Consejo de Ministros en León son irresponsables e insolidarias. Entonces se pudieron escuchar duras acusaciones contra el presidente del Gobierno por favorecer a esta provincia y discriminar al resto de Castilla y León. Los datos que he citado anteriormente muestran claramente que si una provincia necesitaba inversiones urgentes era León. Por cierto, es curioso que mientras los señores Mañueco o Silván decían esto, los señores López Benito o Amilivia afirmaran que todos los compromisos de ese histórico Consejo de Ministros eran humo. Curiosa coherencia la del Partido Popular. Pero León ha abandonado la resignación. Antes he puesto como ejemplo las actuaciones de la azucarera Santa Elvira y de la llegada de la alta velocidad a León. Son dos grandes proyectos que contribuirán al futuro de esta tierra. Pero lo mejor de todo es que no son los únicos. Todos vivimos en los últimos años dentro de una nueva revolución tecnológica ligada al conocimiento y a la información. La creación del Instituto de la Tecnología de la Información (Inteco) va a permitir que esta ciudad lidere este proceso en toda España. No sólo no vamos a perder esa oportunidad sino que vamos a ser la locomotora. La importancia del Inteco va mucho más allá de los empleos directos que se crearán, que serán numerosos. Su valor es, de nuevo, que abre oportunidades a León y que va a atraer empresas punteras. Por sí sólo sería capaz de cambiar la dinámica de cualquier ciudad, pero otra vez no es el único. En el Consejo de Ministros se agilizaron infraestructuras que desde hace años eran postergadas una y otra vez. La Autovía León-Valladolid será una realidad en cinco años en toda su extensión, no sólo desde Valladolid a Villanubla, la ronda Norte, con la conexión a Carbajal, lo será en dos, se van a acortar los plazos de la segunda fase de la Ronda Sur y el Aeropuerto de León podrá por fin acoger reactores de gran tamaño. Además, el Ejecutivo va a colaborar con uno de los grandes objetivos de este equipo de gobierno municipal, la construcción de 2.000 viviendas asequibles en los próximos tres años con 12 millones de euros. Cuando los responsables del PP en León dicen que falta algo, tengo que darles la razón: no hay ni un solo Biomédica, ni una Escuela de Pilotos. Los compromisos adquiridos en el Consejo de Ministros no están aislados. Las obras de Pallarés han empezado ya, después de años de olvido. Feve tiene entre sus prioridades la integración de su trazado en León, lo que supondrá una transformación urbana de la que se van a beneficiar 80.000 ciudadanos de la ciudad y del alfoz. El Ayuntamiento y la Secretaría de Estado de Servicios Sociales trabajamos para poner en marcha el proyecto de Ciudad del Mayor, para mejorar la situación de nuestros mayores y de sus familiares. El Palacio del Conde Luna va a ser restaurado con fondos del Ministerio de Administraciones Públicas. La redacción del Plan Director de las Murallas ya está en marcha y la Catedral por fin recibirá fondos estatales para reconstruir sus arbotantes. Son inversiones necesarias, que hacen que los leoneses y leonesas podamos confiar en el futuro. Pero ojo, un presidente del Gobierno, como cualquier otro responsable político, no es un mago, ni tiene una varita mágica con la que transformar una realidad arrastrada durante muchos años. El compromiso de Rodríguez Zapatero y el apoyo del Gobierno tienen tanta importancia como la respuesta del resto de instituciones, fuerzas sociales y partidos políticos de la ciudad y la provincia. Los leoneses y las leonesas no van a perdonar a quien no luche para aprovechar esta oportunidad histórica