Buen talante

EL CORREGIDOR de León, Francisco Fernández, visitó al consejero de Fomento de la Junta de Castilla y León, Antonio Silván. Son dos leoneses afables y de sonrisa fácil. De buen talante. Podrían ser sacristanes del oficiante mayor de este país, ZP. Aunque se hubiese producido un auténtico choque de trenes en sus planteamientos, los ecos del estallido no los habría escuchado la ciudadanía. Los dos son, como dicen los hombres/mujeres de a pie, buenos chicos. Lo que deduzco de su entrevista es que acabó, como era de esperar, con buenas palabras. Sólo en buenas palabras. Yo no sé -y supongo que nadie de ustedes- si la Consejería de Fomento se ha comprometido o no al soterramiento de la línea de Feve, o si el corregidor ha decidido firmar un pacto para construir viviendas sociales. Es como un pastel de dulzura. Lo único que se me antoja ratificar como seguro es que el consejero de Fomento de la Junta de Castilla y León se ofreció para trasladar al Gobierno central cualquier proyecto o propuesta que les haga llegar el Ayuntamiento de León. Es decir: la Junta se reduce a sí misma a la categoría de ventanilla y mensajera de las necesidades y proyectos que se le presenten. Antonio Silván, a su pesar, sólo podrá dibujar una sonrisa de oreja a oreja. Ya vendrán tiempos mejores. Antes de compartir complicidades con el ministo José Antonio Alonso, de acudir al almuerzo para festejar el nombramiento de Manuel García Prada como presidente de la Audiencia Provincial, hice "zaping" en las ondas. No sé en qué emisora, qué más da, oí a Eduardo Zaplana haciendo una lectura insidiosa sobre los discursos de Rodríguez Zapatero en la Asamblea General de la ONU, y de José Mª Aznar en la Universidad Georgetouwn. Zaplana, en su papel de señorito incondicional de Aznar, descalificó el discurso de Zapatero diciendo que era como el del alumno aspirante a nota del profesor, pero insolvente. El de Aznar le pareció coherente, sensato y con profundidad de pensamiento. La semana pasada hubo exámenes de Selectividad en toda España. También en León. Y, qué casualidad, en nuestra Universidad, en el tema correspondiente a Historia, les tocó a los alumnos aspirantes la Reconquista. Si algún alumno hubiera respondido que su trayecto iba desde Don Pelayo hasta la guerra de Irak; si alguno pudo confeccionar la chuleta de Aznar: "El problema de España con Al Qaida no empezó con la guerrra de Irak, sino en el siglo VIII, cuando España, recién invadida por los moros, rechazó ser un trozo más del mundo islámico y perder su identidad" ; si alguno, digo, hubiera caído en esa desnaturalización histórica, habría obtenido un "cero patatero". No hay profesor universitario que se atreva a firmar el aprobado. Ahora bien si lo dicho por Aznar en Georgetown, al que además pagan con creces, a Zaplana le parece sensato y coherente, a una semana del Congreso Nacional, uno entiende por qué la roca popular está agrietándose, empezando por Galicia. La alegría de la tarde para los leoneses nos la dio Javier Pascual Rodríguez, ciclista del Kelme-CV. Ganó la etapa de la Vuelta con final en Ávila. No sé si el padre Eustoquio lo pactó por arriba: entre la Virgen del Camino y Santa Teresa.