Diario de León

DESDE LA CORTE

Del «acuerdo» al ultimátum

Publicado por
FERNANDO ONEGA
León

Creado:

Actualizado:

EN POLÍTICA hay bulos perversos, mentiras piadosas y engaños bienintencionados. En alguno de esos tres capítulos hay que incluir la versión de la entrevista Zapatero-Ibarretxe que ofreció el ministro Jordi Sevilla. A este valeroso político quiero expresarle, antes de nada, mi solidaridad personal, porque sé por experiencia lo difícil que es contar una entrevista en la que no estuvo y vender aire a la prensa con cara de entusiasmo. Pero Sevilla puso tal empeño en la tarea, que logró unanimidad en los medios: todos publicaron que dejaban de existir los conflictos del cupo, del Prestige y de la ampliación de la Ertzaintza. El PNV parecía el nuevo socio del PSOE. Y hubo quien expresó gran felicidad por tanto acuerdo y quien vio otra vez a ZP como «el hombre que no sabe decir no». Y ayer, todo lo contrario: los vascos no sólo no ven esos acuerdos, sino simples aproximaciones «políticas», y no hablan de entendimiento, sino que recurren a la acreditada técnica de poner contra las cuerdas al presidente, dándole un plazo de 48 horas para resolver lo del cupo. ¡Ay, querido Jordi Sevilla! Esos son los riesgos de actuar de intérprete de la divinidad, cuando la divinidad habla por señas. Ése es el precio del oscurantismo como procedimiento político. La pareja Ibarretxe-Zapatero quiere actuar con tanto sigilo y discreción, que ha conseguido que no se entere bien de lo que han hablado ni el ministro que lo debe comunicar a la opinión. Esto contiene una lección periodística que traslado urgentemente al director de este diario: querido director, no me pida usted que comente reuniones ni declaraciones, porque se puede producir lo más temido: que un desmentido destroce la bella historia que nos acaban de contar. ¿Se imagina, director, que ayer hubiese escrito un brillante artículo sobre el final de las tensiones con Euskadi? Hoy me habrían echado del periódico. Despido procedente. ¿Y a quién reclamo? ¿A Jordi Sevilla? Metido en preguntas, tengo que hacer otra: ¿Quién le ha contado la triunfalista versión de la Moncloa al señor ministro? Sólo pudo ser una persona: el señor presidente del Gobierno. Nadie más estuvo en el encuentro. Y planteo como pura curiosidad intelectual: ¿Será que el señor presidente entendió, efectivamente, que había tres acuerdos con Ibarretxe? ¿O será que Ibarretxe se arrepintió y se desdijo mientras regresaba a Vitoria? ¡Oh, gran misterio! Todo es posible. Pero, de esas dos posibilidades, prefiero, necesito, la del arrepentimiento de Ibarretxe. Porque si el presidente vio acuerdos donde ayer se planteó un ultimátum de 48 horas, ya no es un optimista; es un iluso. Como para fiarse cuando dice tener indicios de que el terrorismo está llegando a su final¿

tracking