Reivindicativos y centenarios

A LA MONCLOA no han llegado esta semana buenas vibraciones desde León. Los dos sectores productivos que todavía sostienen lo que queda de la economía provincial, la minería y la agricultura, han sido protagonistas de sendas manifestaciones dirigidas contra el Gobierno. En ambos casos demandan posiciones firmes del Ejecutivo ante Europa, en defensa del sector remolachero y en favor del carbón. En ambos casos al presidente del Gobierno se le ha terminado el crédito de la confianza inspirada: se demandan hechos, compromisos firmados y no declaraciones de esperanza. Zapatero se encuentra atrapado entre su voluntad indiscutible de cumplir la palabra dada (un buen acuerdo del carbón, un favorecedor pacto en la remolacha) y las exigencias que plantea una realidad tozudamente adversa en los foros políticos de la Unión Europea. Todo esto ha monopolizado la actualidad en una semana también especialmente importante para nuestro periódico, para los lectores y, en definitiva, para la provincia. El hecho disculpa la irreverencia de hablar de nosotros mismos. El Diario de León ha comenzado ya la celebración de su centenario y lo hace en este caso de la forma que le es más propia: entregando a sus lectores, de forma totalmente gratis, una obra especial. Se trata de La Enciclopedia de León , el diccionario más grande que existe sobre la provincia, sobre las palabras, los personajes, los hechos, la geografía... Trece mil entradas ordenadas alfabéticamente, 1.300 páginas en dos volúmenes, dan una idea del trabajo desarrollado a lo largo de tres años por un equipo de investigadores. Aquí está todo lo leonés, desde que se tienen noticias de la existencia de esta tierra hasta ayer mismo. Sentimos tal orgullo de nuestra obra, que superamos en estas líneas el sonrojo de la autocomplacencia, convencidos de que resulta fundamental que los leoneses la conozcan. La celebración del centenario, para el que Luis García Zurdo ha creado un magnífico logotipo, ofrecerá más cosas importantes. Es una forma de reconocer que el Diario de León está a punto de cumplir cien años porque los leoneses así lo hemos querido. Es, por lo tanto, la celebración de todos. Y la enciclopedia que nos regalamos ahora es fruto de ese compromiso colectivo y recíproco mantenido a través de los años y ahora más sólido que nunca. El anuncio de la múltiple instalación de plantas de biodiesel no ha frenado la reivindicación de un producto que se considera fundamental para garantizar la rentabilidad del campo leonés. La colza y el girasol, materias primas del nuevo combustible, pueden cubrir el espacio que previsiblemente algún día dejará libre el maíz, una planta que hoy resulta rentable gracias a las ayudas europeas, pero que seguramente sin ellas apenas su producción sirva para cubrir gastos. Existe, por lo tanto, unanimidad en el sector azucarero al reivindicar su continuidad. Treinta mil agricultores en España y cuatro mil empleados de la industria transformadora, dependen del futuro de este cultivo amenazado de muerte. Bueno es recordar que la Unión Europea pretende reducir el precio en más de una tercera parte. Significa que la renta familiar aún disminuye bastante más, porque también se reducirá por decreto en un porcentaje similar la superficie sembrada. Los sindicatos pedían el viernes que al menos se permita una reasignación de cupos, de forma que aquellos que correspondan a explotaciones abandonadas del sur, se repartan entre agricultores de Castilla y León. Esta medida podría mitigar el efecto negativo de la reforma comunitaria, pero en absoluto supone una solución definitiva para la mayoría de los agricultores La mirada de los mineros está puesta en el próximo miércoles, fecha en la que volverá a reunirse la comisión negociadora del sector. También aquí Europa impone las reglas y el resultado final del juego. El Gobierno negocia un plan a la baja, como viene ocurriendo desde el año 1990, cuando comenzó la reconversión del sector. La minería aparece como un enfermo terminal a siete años vista. De nuevo priman en la mesa negociadora las condiciones para las jubilaciones. Más que anticipadas, precipitadas. Se pretende limitar la edad física de jubilación a los 45 años, una vez aplicados los coeficientes reductores que la Seguridad Social contempla para la minería del carbón. La reserva estratégica se quiere fijar por debajo de los diez millones de toneladas. Esto es no decir nada, porque mientras no se delimite con claridad cuánto carbón procederá de interior y cuántas toneladas del cielo abierto, no se sabrá la incidencia que tiene sobre el empleo y, en definitiva, sobre el futuro de las zonas mineras. La desigual posición política de los sindicatos ha provocado que UGT y CCOO hayan roto la unidad que venían manteniendo en los últimos años, fundamentalmente cuando se negoció con el PP el anterior Plan del Carbón. Fuentes próximas al Gobierno afirman no entender la posición de Comisiones Obreras tras la última oferta del Gobierno, que mejoraba las condiciones anteriores de las prejubilaciones y elevaba la producción. La experiencia demuestra que una vez iniciado un conflicto, las formas importan tanto como el fondo para salir del mismo. Cabe pensar que Comisiones Obreras no abandonará la lucha mientras el Gobierno no le dé a cambio un elemento de victoria social, aunque cuantificado resulte discutiblemente importante. Máxime ahora que los impulsores de la huelga se sienten reforzados con la fractura que han provocado en UGT, al conseguir que se sumaran a las movilizaciones una veintena de dirigentes del sindicato socialista en León. El aliento en la lucha que los huelguistas han recibido del presidente de la asociación patronal de la antracita, supone también un plus de moral para radicalizar el conflicto, si fuera necesario. Esta posición prosindicalista de Manuel Lamelas Viloria ha sido duramente criticada en círculos reducidos por un cualificado empresario del sector, que niega sentirse representado por quien tan comprensivo se muestra con la estrategia de Comisiones Obreras al defender la huelga como elemento de lucha social. Difícil papel para los negociadores del Gobierno, que han de contentar al otrora denominado sindicato comunista sin desairar a los progubernamentales de la organización socialista. Siempre se ha dicho que se sabe como empiezan los conflictos laborales, pero nunca como van a terminar. Y desde luego, cuanto más se enquistan, la solución se presenta más problemática. Así que todo hace pensar que el próximo miércoles se registrarán avances importantes. Comisiones Obreras ya ha demostrado que puede parar la minería y el tráfico en la autopista sin necesidad de colaboradores.