Mandar o reventar

SIGUEN los ecos de la manifestación del pasado sábado. Casi entro en trance, como la madraza Teresa de Ávila, al ver la foto de una monja, minipancarta en mano, pidiendo «menos talante y más religión». La Concapa y Mariano Rajoy exigen al Gobierno la retirada de la LOE del trámite parlamentario. No quieren negociarla ni presentar enmiendas. Para ellos, la manifestación tiene una legitimidad superior al Palamento, que es el órgano depositario, según la Constitución, de la soberanía nacional. Una vez más dejan claro que son constitucionalistas de conveniencia. Cuando les conviene se arropan en la Constitución. Y cuando no les conviene, la olvidan, por no emplear una frase más hiriente. La derecha española siempre ha tenido dificultades para ejercer la oposición democrática según prevé la Carta Magna. Lo suyo, y lo de la cúpula eclesiástica, es mandar o reventar. Ahora hemos sabido que cuando rompieron las negociaciones sobre la LOE se habían alcanzado acuerdos en trece puntos y quedaban sobre el tapete otros dos, en los que existían discrepancias. Fue en ese instante cuando llegaron instrucciones de la superioridad espiscopal para romper el diálogo y la negociación. ¿Por qué?. La respuesta la vocearon con pasión los manifestantes el pasado sábado. Gritaron consignas contra el presidente Rodríguez Zapatero. Es decir, todo ello dentro de una estrategia política de desgaste del Ejecutivo. La educación y la religión son meros pretextos instrumentales en esa estrategia. El presidente Rodríguez Zapatero y el ministro José Montilla se han convertido en el objetivo predilecto de la ultraderecha política, religiosa y periodística española. Rodríguez Zapatero es su diana obsesiva desde la misma noche en que ganó las elecciones. No hay precedentes en la democracia española de ferocidad política semejante. No sólo le negaron los «cien días» de cortesía, sino que no le dieron ni las horas de una simple jornada laboral. Con Montilla hay otra caza, no sé si de brujas o de pánico. En temas de dinero me pierdo siempre. Las encuestas últimas parecen darle alas a esa numantina oposición. Los socialistas deben despertar y ponerse las pilas. Pero también hay otros sectores sociales que deben evaluar sus reivindicaciones para no ser comparsas de esta estrategia de tensión sin límites éticos y estéticos. Mientras tanto, en Cataluña siguen perdiendo «seny». Hasta la fecha, las botaratadas las apadrinaba Carod Rovira. Ahora tenemos también las de Vidal Quadras, de signo contrario, pero igualmente provocadoras e insostenibles. Y para terminar: la economía española siguió creciendo el 3,5% durante el tercer trimestre del año, muy por encima de la media europea y creando empleos. Tengo la impresión de que, desde la política, hay mucha gente empeñada en joder la buena marcha de la economía. Son los mismos que después culparán al Gobierno de la crisis si consiguen que se produzca. Lo tremendo es que nos perjudicarían a todos. Igual que en medicina es más importante prevenir que curar, en política debe imponerse el diálogo al ordeno, mando o reviento.