Diario de León

A CAMPANA TAÑIDA

¡Que no la píe nadie!

Publicado por
FERNANDO DE ARVIZU
León

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EN BARCELONA -la de los perfumes- acaban de crear un organismo que responde al cacofónico nombre de CAC para vigilar lo que se dice y escribe en los medios de comunicación. El gobierno de Madrid no ha condenado la maniobra sino que la refuerza creando el suyo propio ¿Qué alguien se mete con el baranda? Pues garrotazo y tentetieso en forma de expediente que puede llevar a la clausura de la radio o del periódico. En realidad, el éxito de la Cope les ha sentado tan mal a los de Carod & Cia que se han dotado de un instrumento legal para poder clausurar sus emisoras. En fin, que los de la rauxa han resucitado a la Inquisición dieciochesca la cual, por no haber brujas, moros ni judíos, se dedicaba a la caza y captura de los autores de papeles clandestinos críticos con el gobierno. Y es que está todo inventado. En aquel siglo de las luces, algunos sustituían en sus críticas el nombre de España por el de China, a ver si colaba, pero quiá, la cosa se veía de lejos. Durante el régimen de Franco, la ley de prensa exigía respeto a las instituciones y a las personas. Pero al director del diario Madrid -hombre culto, que debía de saber lo de China- se le ocurrió insertar un artículo que se titulaba «No al general De Gaulle: saber retirarse a tiempo». Pues primero le sancionaron con dos meses de suspensión, recurrió y le pusieron otros dos. El periódico quebró y hasta el edificio fue demolido. Ya sabemos los precedentes, así que «cuando las barbas de tu vecino», etcétera, etcétera. ¡A callar todo el mundo! Esto de acallar voces críticas no es de ahora ni mucho menos. Todo gobernante se siente más o menos inclinado a cortar lo más al ras posible las críticas, vamos: a imponer la censura. Lo malo es que si en una dictadura eso es relativamente fácil, en una democracia lo tienen mucho más difícil, pues la libertad de expresión, de información y de opinión son sus principios básicos, se escriban como se escriban en los textos constitucionales. No sé por qué el Defensor del Pueblo no ha recurrido ante el Constitucional el texto catalán. Pero no habrá que esperar mucho, pues como por el fruto se conoce el árbol, se verá la verdadera intención de lo que han puesto en el boletín oficial. Que el Gobierno se sume al carro es una mala noticia para todos. Es una involución, propiciada por las izquierdas; que no cunda el ejemplo. Pero estamos en Navidades y tampoco es cosa de ponerse demasiado serios. Es tiempo de cenas y por doquier proliferan las políticas. Recuerdo una muy curiosa en estas fechas, pero de 1994: la de los procuradores populares en las Cortes de Fuensaldaña. No sé qué cables se le cruzaron a Javier León de la Riva, entonces portavoz y hoy alcalde de Valladolid, porque en vez de felicitarnos dijo que aquella cena sería la última para muchos de los que allí estaban porque no repetirían en las listas. A eso se llama reventar el pasodoble. El propio presidente Lucas tuvo que consolar a la concurrencia. Aún no ha llegado esa tesitura, pero en las cenas que se celebrarán de aquí a un año, los nervios estarán en el ambiente y los temblores preelectorales alcanzarán grados cada vez más altos. De momento, muy feliz Nochevieja y muy feliz ano nuevo.

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