Diario de León

TRIBUNA

el Ayuntamiento de León, cero en cooperación al desarrollo

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Las causas que han originado el actual conflicto entre el Ayuntamiento de León y la Coordinadora Leonesa de ONGDs (organizaciones no gubernamentales para el desarrollo), y que dieron lugar a una sentada en el Ayuntamiento el pasado día 22 de junio, deben ser conocidas por los leoneses. Deben saber lisa y llanamente que León es el único ayuntamiento de las nueve capitales de provincia de nuestra comunidad que no aporta ni un céntimo de su presupuesto para cooperar al desarrollo de los países empobrecidos, y que mantiene, además, una deuda de 131.000 euros aproximadamente con algunas organizaciones de la Coordinadora para proyectos de cooperación al desarrollo, desde la convocatoria de 1996 a 1999. En los repetidos escritos presentados desde hace un año por esta Coordinadora Leonesa ante el Ayuntamiento, como en las diversas entrevistas con doña Ana Guada, concejala de Bienestar Social, se ha puesto de manifiesto la justa necesidad de saldar esa deuda, de crear una partida del presupuesto del ayuntamiento para cooperación al desarrollo (como lacen los ayuntamientos de las ocho capitales de provincia restantes de nuestra comunidad), de iniciar proyectos de trabajo en colaboración Ayuntamiento-Coordinadora y de poner en marcha el Consejo de Cooperación Municipal (como órgano indispensable y adecuado para tratar los temas relacionados con la cooperación al desarrollo). Pues bien, la única respuesta del Ayuntamiento de León ha sido hacer promesas del pago de parte de la deuda, incumplidas una y otra vez, y un silencio sepulcral de parte del señor alcalde. Silencio roto al día siguiente de la sentada en el Ayuntamiento para hacer unas declaraciones no dignas de un político con la responsabilidad municipal que él ostenta, al utilizar los recursos más simples como son la mentira y la descalificación para confundir a los leoneses. El señor Amilivia ha querido implicar a la Coordinadora Leonesa en sus luchas políticas, lo cual es intolerable e injusto, pues es de sobra sabido que las organizaciones que componen la Coordinadora trabajan al margen de los intereses partidistas de los políticos. Todo ello supone un grave error político y una enorme torpeza de parte del señor Amilivia como responsable municipal, por las razones que expongo a continuación. En primer lugar estoy seguro de que así lo han de considerar sus propios compañeros de partido con responsabilidades municipales en los otros ayuntamientos de la comunidad que están colaborando al desarrollo. En segundo lugar, no deberíamos olvidar que la cooperación al desarrollo de los países empobrecidos es cada vez más urgente, hasta el punto de que el anterior presidente del Banco Mundial, James Wolfensohn, declaró en 2001 que «mientras exista pobreza, los ricos no tendrán paz». Es inaceptable que el 80 por ciento de la población del planeta (unos 4.800 millones de seres humanos) vivan con el 20 por ciento de los recursos. El alcalde y su equipo parece que no viven en el mundo actual, sino que están atrincherados en un pasado donde podrían convertirse en estatuas de piedra para museos. Deberían salir de sus trincheras y ver el mundo tal y como es, les guste o no. El mismo Wolfensohm (un señor nada sospechoso de defender a los pobres) dejó claro que desde el inolvidable 11 de septiembre «la pobreza en un lugar es pobreza en todos los lados», por eso se trasladó en forma de violencia de un lugar del mundo a otro. Aquellos políticos actuales que son verdaderos estadistas de su tiempo, saben bien que los ricos deben buscar urgentemente una solución a la pobreza, si no es por solidaridad, al menos por su propia supervivencia y su propia seguridad. Ya no existe más que un solo mundo, como consecuencia del progreso humano y de la bien o mal llamada globalización. Ya no existe una cultura occidental ni una cultura oriental; hoy sólo existe una cultura global. Por eso la riqueza de los países ricos se proyecta inmediatamente como mayor pobreza en los países más pobres; de ahí las ineludibles e inevitables migraciones de todo tipo, en un mundo cada vez más interdependiente. Los políticos que no tengan en cuenta esta evidente realidad están actuando con una enorme torpeza y no son dignos de desempeñar puestos de responsabilidad política y social. Por todo ello, es lamentable esa insensibilidad hacia la pobreza que han manifestado hasta ahora el alcalde y su equipo, por las graves consecuencias que ello implica. Desde estas líneas le invitamos a rectificar esa actitud, accediendo a saldar la deuda contraída, a crear una partida del presupuesto municipal para ayuda al desarrollo, a poner en marcha el Consejo de Cooperación Municipal y a colaborar con la Coordinadora Leonesa de ONGDs en los di versos proyectos de solidaridad hacia los países empobrecidos y otras necesidades sociales. Termino con las ilustradas palabras del expresidente del Banco Mundial: «El 11 de septiembre tiene que hacer evidente para todos que la desigualdad entre ricos y pobres no es un tema que se pueda seguir esquivando, pues quizás nuestra generación puede evitarlo, pero nuestros hijos no podrán». Demasiada responsabilidad sobre sus espa ldas y su conciencia, señor Amilivia.

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