No más garrotazos

LO DICEN incluso muchos de sus militantes. Los dirigentes del PSOE y el PP no paran de amenazar con volar los pocos puentes que todavía los unen, para ilustrar su nueva e implacable modalidad de entendimiento a garrotazos. Es su forma de concebir la España moderna, democrática, liberal, próspera, plural y abierta. Nadie lo diría, pero así es. Y es muy lamentable, porque un día podemos descubrir con amargura que no somos tan modernos, ni tan demócratas, ni tan liberales, ni tan prósperos, ni tan plurales, ni tan abiertos. Y se agitarán los peores fantasmas en nuestras cabezas. Esos que creemos definitivamente alejados, pero que no dejamos de conjurar y convocar para que media España empiece a mirar con malos ojos a la otra media. No estoy hablando de guerracivilismo (aunque algún imbécil parezca deseoso de apuntarse insensatamente a la regeneración de las causas de esa desgracia nacional). Estoy hablando de los millones de ciudadanos que, de un modo u otro, se manifiestan en defensa de un Estado sin beligerancias extremas, sin políticas agresivas y dedicadas a la aniquilación del contrario, sin amenazas de «arrieros somos». Porque todo esto huele a degradación de la democracia por la vía de la degradación de la política. Nuestros representantes públicos, aquellos a quienes votamos, no han sido elegidos para que nos ilustren y adiestren en fórmulas de desentendimiento o encanallamiento. Todo lo contrario. Nos deben el respeto de ser ecuánimes y cuidadosos con las normas de convivencia que nos hemos dado y en cuyo cumplimiento deben ser modélicos. ¿Lo son cuando se manifiestan a garrotazo limpio? No. Ni cuando se engañan mutuamente, ni cuando se radicalizan sin sentido, ni cuando se amenazan con toda clase de males futuros (que serían nuestros males). Mi pregunta sigue siendo la misma: ¿Quién gana con tanta gresca? ¿Acaso hay algún premio electoral para quienes justamente podrían ser castigados por su creciente bronca? Pertenezco a ese grupo mayoritario que desearía unos sólidos acuerdos estatales PSOE-PP. Por el bien de todos. Sin más garrotazos.