Diario de León

LA PENÍNSULA

¿Vigilar al vigilante?

Publicado por
EDUARDO CHAMORRO 1397124194
León

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LOS DEBATES previos a las elecciones de mañana en las que los socialistas franceses decidirán su candidato a las dos vueltas de las presidenciales de 2007, una primera el 22 de abril y una segunda el 6 de mayo, no han necesitado más de cuatro de las seis entregas programadas para poner de manifiesto la cara de perro con que se van dando por enterados los concernidos, y la no demasiada gracia que hace la candidatura de Segolene Royal a sus competidores. «No entiendo lo que ha pasado -dijo la dama al finalizar el cuarto de esos debates-. Espero que sea la última vez que esto sucede. Cada uno tiene que calmar a sus tropas». Se refería a la bronca, los abucheos y los pitidos con que la militancia socialista adversa dejó bastante claro que no quiere verla ni en pintura. Que la cosa se caliente en un país que ha visto arder 66.581 automóviles en los últimos dieciocho meses no es demasiado raro. Tampoco lo es el nerviosismo entre un electorado de izquierdas cuyos estandartes antiglobalización y antiamericanos los agita igualmente la derecha, con la que coincide en una apesadumbrada perplejidad ante el hecho de que el Producto Nacional Bruto francés ha pasado a ser el decimoséptimo mundial cuando hace veinticinco años ocupaba el séptimo lugar en esa escala. El gasto público francés es del 54 % de ese PNB, mientras que en el contexto europeo no pasa del 41 por ciento. La deuda pública ha crecido en Francia durante los últimos años mucho más rápidamente que en cualquier otro país de la UE (cuando contaba con quince miembros). «Francia sufre de una profunda enfermedad» causada por una maquinaria estatal «pesada e inerte» que, de no encontrar cura, «bloqueará la evolución de la sociedad». Lo peor del diagnóstico es que ha quedado postergado por el paso del tiempo. Esas palabras fueron dichas por Jacques Chirac en 1994. Segolene Royal ha decidido emprender la cura de ese enfermo con tan poco de imaginario mediante una renovación del modelo político francés, y esa es la iniciativa que está levantando ampollas entre sus conmilitones. Dominique Strauss-Kahn, antiguo ministro de Economia y uno de sus más fuerte rivales, sitúa las propuestas de su colega en un terreno que no deja de ser socialista, «pero en el que se hace necesario señalar ciertos ribetes demagógicos». Esas ideas y ribetes de Segolene Royal, que, al parecer, son la causa de un descenso en su popularidad del 72 al 57 por ciento, tienen que ver con su propuesta de institucionalizar «jurados populares» que, como mecanismos de una democracia «participativa», supervisarían el cumplimiento de los programas desplegados por los candidatos a los cargos de la democracia «representativa». Los rivales de Royal defienden, por el contrario, que lo importante es ganar, no participar.

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