Diario de León

TRIBUNA

Conferencias inapropiadas para la Universidad

Publicado por
FRANCISCO SOSA WAGNER, CÉSAR RASCÓN GARCÍA Y JUAN ANTONIO GARCÍA AMADO
León

Creado:

Actualizado:

CON ASOMBRO -y un punto de benigna indignación- nos enteramos de la celebración de un curso en la Universidad de León destinado a la «formación del profesorado para la convergencia al EEES». Se entiende, del profesorado universitario. Es decir, de personas mayorcitas y trabajadillas en la lectura y en la escritura. Vayamos al contenido de las disertaciones tal como están anunciadas en la Red. Hay un «taller sobre tutorías en el contexto de EEES» que debe de ser muy productivo porque quien asista a él puede «ampliar el repertorio de competencias docentes» y «diseñar una estrategia de aplicación de lo aprendido al contexto institucional y personal, actual». Además se adentra en el «aprendizaje autodirigido y continuado», en la «tutoría grupal» y, sobre todo, en el «uso del portafolio». La metodología que se aplica es rica al tener dos vertientes, «expositiva» y «activa», lo que permite al final la «presentación de un modelo de actuación en situación de tutorías». Quien quiera seguir formándose no tiene más que asistir al curso «aprendizaje autónomo en el contexto de EEES» pues, en tan solo doce horas, le darán noticia acerca de los «contratos de aprendizaje» así como podrá profundizar en el asunto del portafolio, ahora «como herramienta de aprendizaje y evaluación». La profesora, para aclarar detalles, explicará las «condiciones institucionales y personales que el nuevo paradigma exige así como la formación del profesor para facilitar el aprendizaje autónomo». En fin, la estrella es el curso de carácter general sobre «el nuevo contexto universitario» que «toma como referencia de partida un esquema global de los objetivos que animan el proceso de convergencia al Espacio Europeo de Educación Superior, para analizar, a partir de allí, el sentido y los puntos clave en las transformaciones que implican en la forma de entender y practicar la docencia universitaria. El objetivo es discutir y madurar una visión general del proceso en la que se ahonde de forma crítica y constructiva en sus razones, en los distintos aspectos que implica, los diferentes puntos de vista sobre los procedimientos a seguir, los principales frenos, las demandas que plantea al profesorado y los recursos y planificación necesarios. Esta reflexión global, aunque detallada en algunos de sus puntos clave, pretende profundizar en el sentido de las acciones -formación, innovación docente, tutorías...- e impulsar la planificación de una estrategia personal y grupal de trabajo para la convergencia al EEES». Concluido el análisis de tales pintorescos contenidos, nos hemos tomado la molestia de consultar la página del ISBN para saber qué libros tienen publicados los profesores que están pronunciando estas conferencias. No ha sido difícil comprobar que tan solo algún folletito, en general, pequeñas aportaciones; o nada, según los casos. Curiosear en Dialnet, base de datos bastante fiable de publicaciones de artículos recientes, arroja análogo resultado: han escrito pocas cositas y orientadas sobre todo a la educación primaria o secundaria. Esto es lo que tenemos: un lenguaje -como se ve- pedante y ridículo, trufado de expresiones tecnocráticas de corto vuelo, es decir y resumiendo, camelo en avanzado estado de descomposición. Dicho con toda la humildad, estos docentes que vienen a enseñarnos a enseñar ¿no podrían leer a Clarín, a Cela o a Delibes? ¿no se dan cuenta de lo grotesco que sus expresiones tienen para un español de mediana cultura, para un profesor que tenga la costumbre de leer prosa cuidada? Probablemente en el diseño de este curso extravagante haya un equívoco de fondo. Derivado de la siguiente observación: a nuestro juicio, el profesor universitario es un señor o señora que no se limita a repetir lo que ha leído en libros porque, normalmente, él mismo los ha escrito. Es decir, que tiene en su mochila intelectual investigaciones más o menos extensas y originales, que le han obligado, en primer lugar, a detectar un asunto de interés científico, y después a exponerlo y anunciar los resultados alcanzados, así como a desvelar la metodología empleada y las fuentes bibliográficas consultadas. A las personas con este bagaje les resulta fácil exponer a sus alumnos las cuestiones que se abordan en sus programas porque han alcanzado con su disciplina el dominio que proporciona la intimidad o, si se prefiere, el que surge del manejo constante de sus problemas. Es decir que, si exceptuamos a algunos sujetos con una singular incapacidad de comunicación -casos patológicos sobre los que no se puede edificar el sistema-, la inmensa mayoría de profesores universitarios no tiene necesidad alguna de oír banalidades sobre «portafolios» ni «contratos de aprendizaje». Por las razones empleadas, por lo ridículo del asunto que traemos a estas páginas, es nuestra intención dirigirnos a la autoridad competente para que se nos certifique que los firmantes de este artículo jamás se han abastecido de estos guisotes intelectuales con tan deplorables ingredientes. Y asimismo juramos o prometemos, ante los Códigos que explicamos, que es nuestra intención persistir alejados de ellos, en actitud de máxima indiferencia.

tracking