Hamburguesas

SE HA desatado la guerra contra los anuncios de hamburguesas muy grandes y pizzas muy calóricas que los niños se zampan enteras y en un santiamén. Con el elevado índice de obesidad infantil de este país, no es nada conveniente que se haga publicidad de productos que incitan a una alimentación desordenada, pero, si hilamos fino, nos encontramos con otros productos alimenticios cuyos aportes calóricos son poco recomendables, como las patatas fritas (unas 500 kilcalorías por cada 100 gramos). Sin embargo, esa situación es equivalente a la que uno se puede encontrar en un restaurante, en cuya carta aparece un chuletón de medio kilogramo. Nadie le monta un pollo al dueño del establecimiento por ese ofrecimiento. Si alguien quiere consumir una ración con esa barbaridad de carne, allá él. Puede pedirla para compartirla o simplemente pasar de semejante oferta. Otro tanto podíamos decir de una buena ración de callos. Por eso creo que son los propios consumidores los que deben estar preparados para rechazar esas y otras ofertas, sin buscar como siempre la tutela del Estado para que nos proteja de todos los males, aunque cuidar la salud de los ciudadanos sea uno de sus cometidos. Quizá, remedando a la publicidad de las bebidas alcohólicas (Bebe con moderación. Es tu responsabilidad. 40º), podría exigirse que al lado de esas ofertas de desmadre alimentario (hamburguesas gigantes, chuletones de medio kilogramo), fuese obligado añadir: Come con moderación. Tu alimentación y la de tus hijos es tu responsabilidad. 1000 kilocalorías.