Diario de León

TRIBUNA

Treinta años del nacimiento del Grupo Autonómico Leonés

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EN EL AÑO 1977 nacía en León el Grupo Autonómico Leonés (GAL) en el contexto de una España que abandonaba una dictadura y trataba de abrirse paso como estado democrático. En consecuencia, este año 2007 se cumplen 30 años de su fundación. El Grupo Autonómico Leonés supuso, en mi modesta opinión, un revulsivo social muy importante que sorprendió a toda la clase política. Su origen se fundamenta en la reivindicación de que a la Región Leonesa le correspondía tener una autonomía propia y diferenciada, al igual que a otras regiones españolas. Treinta años después la reivindicación del GAL sigue absolutamente en pie. Los estudios económicos recientemente publicados sitúan a la Región Leonesa en los escalafones más bajos a nivel de crecimiento. En un comunicado de 1978 GAL decía: « Los polos de desarrollo de Valladolid y Burgos han servido para coartar el desarrollo leonés al encontrarse allí algunas industrias que si hubieran contado con el apoyo de algunos leoneses y los mismos beneficios oficiales, se hubieran instalado en León» . Hoy Valladolid y Burgos son las provincias que más crecen de la comunidad y León se ve postergado en su desarrollo económico. ¿Alguien sigue creyendo que el camino en la configuración del mapa autonómico fue el acertado? Es curioso constatar que cuando se celebra la primera rueda de prensa del GAL los periodistas dicen textualmente: «Presidía la reunión la bandera púrpura con el escudo blanco y el León púrpura que el GAL propugna y que es la bandera de León» . Hasta ese punto había un desconocimiento de lo que era la bandera leonesa, hoy tan habitual en el medio social de la provincia. Uno de los éxitos innegables de este grupo ha sido precisamente recuperar del olvido la bandera de León como signo de la identidad leonesa. En el GAL hubo siempre la posibilidad de la doble militancia, de modo que el tener el carné de un determinado partido no era obstáculo para pertenecer a este grupo. Así, el primer presidente del partido fue Carlos Llamazares, que era militante del PCE, y que no por ello tuvo reparo alguno en compartir mesa en esa rueda de prensa con Marcelino Elosúa (hijo). El GAL era la expresión de una sociedad leonesa plural en sus formas de pensar pero unida en el sentimiento común de defender nuestra identidad como pueblo y nuestra libertad como personas (por eso la insistencia en reclamar el referéndum para que los leoneses pudiesen decidir su futuro autonómico). Tal vez algún día tengan que reflexionar los representantes del PCE y de IU si su nula presencia política en la provincia de León y en la Región Leonesa en general tiene algo que ver con sus posicionamientos relativos al papel que le correspondía a la Región Leonesa en la España de las autonomías. Grupo Autonómico Leonés actuó siempre de un modo altruista y con la generosidad propia de una militancia fundamentalmente joven. En los partidos se deja notar en exceso que hay «pastel a repartir» y por ello se producen empujones y zancadillas para alcanzar los puestos que dan accesos a esas prebendas. En el GAL al no tener como objetivo ganar unas elecciones esos problemas no existían. Se buscaba ejercer una influencia en el medio social y político para alcanzar el fin para el que había surgido, alcanzar la autonomía leonesa. En ese sentido podíamos decir que las ideas primaban sobre las personas hasta el punto de que muy poca gente conoce quién formaba el GAL y sin embargo son muchos más los que sabían de sus actuaciones. Hasta ese punto no era importante el protagonismo personal. La capacidad de movilización que ha tenido el Grupo Autonómico Leonés ha sido superior a la que han podido tener todos los partidos políticos juntos. Así las grandes manifestaciones leonesistas impulsadas con muy pocos medios y a las que en principio se las enviaba por un recorrido tan sugerente como el de la plaza de toros supusieron una llamada de atención muy importante a la clase política. De hecho algunos de esos políticos se fueron incorporando a esas manifestaciones con posterioridad. Ese espíritu de la «sociedad civil leonesa» todavía pervive, así se puede ver que son organizaciones fuera de los partidos políticos las que tienen una mayor capacidad de convocatoria social, algo que debería de hacer reflexionar a algunos. En un momento dado de la historia aparecieron unos pistoleros que nos usurparon las siglas. Es el poder de la violencia, ahora son muchos más los que conocen a «los GAL» (aunque su apoyo social fuera nulo) que «el GAL» (con un apoyo social muy notable). En fin, he querido con este artículo recordar el nacimiento de este grupo político. Algunas de las personas que lo componían hoy ejercen funciones en partidos políticos. Sin embargo nosotros echamos de menos ese movimiento social fuerte y de unidad entre los leoneses que representó el GAL en un momento muy significado de nuestra historia.

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