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Sencillamente vergonzoso Cuando hace unos diez o veinte años se l e preguntaba a un hombre del campo -agricultor o ganadero- por los principales problemas de la actividad agraria, uno de los primeros que señalaba -si no el número 1- es el bajo precio que percibía por su cosecha en un mercado en el que, curiosamente, el precio de venta al público no paraba de subir. Hoy en día la respuesta tendría la misma vigencia. El informe presentado por la Coag pone de manifiesto este hecho. Y es que el enorme diferencial entre el precio en origen -el que recibe el agriculto- y en destino -el que abonamos finalmente en la tienda- sigue siendo uno de los grandes caballos de batalla de productores y consumidores, los colectivos más perjudicados por unos altos precios que no se corresponden con una subida del nivel de vida de quien cuida y trabaja la tierra. La organización agraria Coag ha hecho público un nuevo informe en el que se refleja que la diferencia media de los precios entre origen y destino es el 390 por ciento, es decir, que el consumidor final abona casi cuatro veces más de lo que paga el primer comprador. Curiosamente lideran esta lista el limón-1.183 por ciento-, clementina -833 por ciento-, naranja navel -804 por ciento-, manzana golden -527 por ciento-, zanahoria (513 por ciento) y plátano -509 por ciento-. Todos ellos son productos que no precisan de transformación ni prácticamente de nada más allá que un simple empaquetamiento y transporte, por lo que la subida no parece justificada por los costes operativos sino por la cantidad de intermediarios que se quedan con una parte importante, inflando los precios de manera absolutamente artificial. En fin, los años pasan, los productores siguen denunciando, los mercados subiendo los precios de productos básicos y las administraciones mirando hacia otro lado. A este paso probablemente dentro de otros 20 años podrán leer este mismo artículo; será de actualidad. Sencillamente vergonzoso. Domingo Martínez Madrid (Burgos). Belén Doral (León).