Ataquemos las causas

Educar a ciudadanos libres y responsables La ciudadanía tiene tanto que ver con la toma de conciencia de los propios derechos y de la importancia de preservar la injusticia y la libertad como con el sentido de pertenencia a una comunidad y de interdependencia entre sujeto, familia y sociedad. Pero los alumnos llegan a los centros escolares apáticos y ayunos de horizontes de sentido. Incluso los más inquietos -también los padres- carecen de discursos y recursos que les posibiliten un acercamiento a la realidad que les capacite para relacionarse con ella como algo más que consumidores. Por eso necesitamos urgentemente una Educación para la ciudadanía. Es inaceptable convertir cuestión tan vital en arma arrojadiza contra los otros. Con los que convivimos y tenemos que construir una sociedad más justa y humana desde unos valores compartidos, los derechos humanos y los deberes cívicos, patrimonio común de la humanidad. Como señala Adela Cortina, en este mundo de sujetos atomizados urge revitalizar y recrear las comunidades de sentido. Sentido, esperanza e ilusión son recursos escasos, que no se generan desde los Estados o los mercados. Necesitamos la calidez de la comunidad familiar, vecinal, religiosa, escolar y política -espacios en los que somos algo más que clientes o votantes- para aprender los valores que nos permiten acondicionar la vida, hacerla habitable. Comunidades cosmopolitas: abiertas, dinámicas y acogedoras; que sumen y no resten; que sean parte de la solución, no del problema. Porque el gran reto para todos es ir más allá del individualismo hedonista y generar lealtades a las comunidades concretas y comprometidas con el futuro de otros pueblos y del planeta. Educar sujetos que se hacen cargo de su realidad y de su entorno de manera cordial y compasiva, constructiva, libre y responsable. Anatolio Calle Juárez (Navatejera). Topillos también en Valencia de Don Juan Desde hace tiempo estamos siendo informados por todos los medios del problema existente con los topillos que están esquilmando los campos con las graves consecuencias económicas que conllevan por no decir ya los graves problemas de salud por la infección de turalemia. Pero nadie ha dicho que en Valencia de Don Juan los tenemos en el casco urbano concretamente en la Vía Verde hasta la urbanización Valjunco. Hay zonas cerca de la Estación de Autobuses, donde a la orilla de la Vvía las viveras de estos «pequeños animalitos» son bastantes, ya que al lado hay fincas en desuso. En el casco urbano, lo que antes fue un precioso jardín en las llamadas Casas de los Camioneros y ahora es un erial lleno de broza de todo tipo, sito en la Avenida Juan Carlos I, las viveras se cuentan por docenas. Hasta ahora salían por la noche y se paseaban por todos los sitios. Ahora ya salen por el día. Otra zona donde también hay es en el paseo junto al río. Aquí nadie ha dicho ni hecho nada. ¿A qué están esperando? ¿A que su reproducción sea ya incontrolada y comiencen a entrar en las viviendas, tuberías, etcétera con el grave riesgo que existe a todos los niveles en particular para la salud? Señores gobernantes, está muy bien que se hagan actividades de todo tipo, pero es mucho más importante velar por la seguridad y la salud del pueblo. Dolores Díez (Valencia de Don Juan). Todoaestribor (En el debate de diariodeleon.es).