Diario de León

EN EL FILO

El cheque, la Iglesia y el voto

Publicado por
FEDERICO ABASCAL
León

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SI NO se tuerce un acuerdo del Gobierno con Izquierda Unida, los nacidos a partir de la medianoche del pasado 3 de julio recibirán junto al cheque-bebé de 2.500 euros una beca universal de guardería gratuita, desde el biberón al triciclo o, dicho en lenguaje aritmético, desde los cero años hasta los tres. Se venía resistiendo Solbes, el de las llaves de la caja fuerte, a extender el beneficio del famoso cheque a los nacidos en el primer semestre de este año, pero la insistencia negociadora de IU, apremiante ante las elecciones generales que se avecinan, ha logrado que lo que no gasta Hacienda en seis meses de sustanciosas canastillas, al contado y en metálico, lo invierta en la universalización de las guarderías durante el primer trienio de vida. Al asunto van a destinarse cien millones de euros, cifra que habría de verse engrosada con el aporte de las autonomías. Desde que se nace hasta que se muere, el Estado va a ocuparse de nosotros, desde el biberón a la muerte, y ya sólo falta que se haga cargo de la incineración o del enterramiento, que todavía corren a cargo del difunto. Pero la jerarquía episcopal española no ve con buenos ojos tanto Estado de bienestar aplicado a los nacimientos indiscriminados, con cheque especialmente nutrido para madres solteras o bebés nacidos en ambiente monoparental nada lujoso, porque una cosa, decía ayer el portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Juan Antonio Martínez Camino, es promover la natalidad, que debe promoverse, y otra no proteger especialmente el contexto en el que los niños nazcan, en un ambiente adecuado. Porque «no se debe proteger que los niños vengan al mundo sin padre o sin madre», «hay que promover que vengan al mundo con un padre y una madre conocidos, que se aman, que tienen un pacto de fidelidad estable e indisoluble». En cuestiones de natalidad, nuestros purpurados no predican precisamente con el ejemplo, dado el celibato al que se han comprometido y cuyos efectos hacen del Vaticano el Estado con el índice de natalidad más bajo del mundo. Pero siempre es bueno que la Iglesia católica emita sus opiniones con la ecuanimidad que en esta ocasión mostraba monseñor Martínez Camino, y la separación que hacía entre el contexto más adecuado para que el niño venga a este mundo y el niño nacido en un contexto más adverso a la ética episcopal. «A la dignidad personal del niño no le influye cómo haya sido engendrado», reconoció el citado purpurado. Pero entre la atención en metálico a la madre soltera y la guardería infantil universalizada, el Gobierno se está haciendo amigos, o reanudando amistades enfriadas, y si anteayer atraía hacia los Presupuestos Generales del 2008 cierta benignidad de Esquerra Republicana de Cataluña por el cheque citado, ayer podría haber conseguido el voto favorable de IU, paladín de la protección al ser humano en sus primeros tres años de vida.

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