Diario de León

EN EL FIL0

En las urnas de marzo

Publicado por
VALENTÍ PUIG
León

Creado:

Actualizado:

LOS ESTADOS mayores de los dos grandes partidos están acotando el mapa electoral para ver en qué lugares hay que propiciar la lluvia fina, entrar con las trilladoras o lanzar paracaidistas. Son cálculos que a veces salen muy mal. Alfonso Guerra tiene fama de que en sus tiempos calculaba con certeza. Son 52 circunscripciones para elegir todo un hemiciclo de 350 diputados. Así se manifiesta la soberanía popular por el filtro de una ley electoral que a nadie tiene del todo contento, pero que no parece que vaya a ser reformada por ahora. Así será: el presidente del Gobierno propone la disolución de las Cortes, las elecciones tienen lugar entre los 30 y 60 días desde la terminación del mandato y la campaña -la de quince días- comienza el 38º día posterior a la convocatoria. Es como se llega a la jornada de reflexión y a las urnas en día después. Cumplimos con una vieja liturgia democrática que resulta admirable por mucha que sea la práctica. Algunos cursis, en ese día de urnas, acostumbran a decir que es una «fiesta de la democracia». En realidad, es día laborable para la libertad y la transparencia de los sistemas representativos, para la vieja causa de un hombre -o mujer- un voto. Andamos pensando como será la democracia en este siglo XXI, pero por el momento el sistema más a mano pasa por las urnas. Los estrategas próximos a Rodríguez Zapatero confían superar en 5 u 8 escaños sus resultados del año 2004. Entonces lograron 164 escaños, a los pocos días del atentado del 11-M y en un momento en que las encuestas daban la victoria al PP, aunque no por mayoría absoluta. El vuelco fue dramático. Si el PSOE tardó un tiempo en percatarse de que iba a gobernar -con apoyos variopintos-, el PP todavía tardó más en comprender que su candidato no estaría en La Moncloa, sino en los escaños de la oposición. Actualmente, las expectativas del PP son algo ciclotímicas. En los despachos de la calle Génova algunos confían en que de aquí a marzo el gobierno de Zapatero incurra en errores sustanciales que le lleven a la oposición. En las encuestas asoma a menudo el empate. Quedan unos meses vertiginosos para llegar a las urnas del 9 de marzo. Lo más probable es que nadie consiga la mayoría absoluta. Esa es la oportunidad de partidos nacionalistas como CiU o el PNV, tanto para gobernar con el PP o el PSOE, mientras que para ERC e IU la única opción posible parece dar sostén a un gobierno socialista sin mayoría absoluta. En términos coloquiales, esa es la gran cucaña. Los socialistas confían el tirón de José Bono en Castilla-La Mancha, como cabeza de lista por Toledo. Un total de poco más de veinte circunscripciones son el campo de batalla que ven los expertos electorales del PSOE, más o menos como el PP. En este caso, la dedicación electoral en Cataluña y Andalucía -con 61 escaños- será intensa porque en ambas comunidades los socialistas aventajan en 15 diputados al PP de Rajoy. Son graneros electorales socialistas muy consolidados aunque hubo sus cambios en las elecciones municipales. Daniel Sirera, nuevo líder del PP en Cataluña, tiene el objetivo de obtener un escaño en Gerona y otro en Lérida, aunque juega en campo más bien contrario. En Cataluña tendrá su peso el resultado que obtenga ERC, muy presente ahora en la calle pero sin incremento de voto en las encuestas. Eso pudiera beneficiar a los socialistas que lidera José Montilla. En Galicia, mientras tanto, el PSOE pretende recuperar un escaño. Lo mismo puede ocurrir en Navarra si no es que los votos se arriman a la formación Nafarroa Bai. La noche electoral del 9 de marzo puede ser espectacularmente larga, con bailoteo en la atribución de escaños por el repartido de restos en la disputa del último escaño según la ley d'Hondt. De momento, la dramaturgia se concentra en la siempre trágica composición de las listas electorales. El riesgo menor es de infarto.

tracking