Políticos, mafiosos y medias tintas

ME CONTABA Elvira Lindo la última vez que nos cruzamos en el aseo que este es el país de la buena tinta. A cuenta de cualquier calamar de fuente lo mismo se convierte al vecino del quinto en un narco del cártel de Juárez, que se le cuelga el cartel de pederasta al colega de la oficina. De buena tinta, sin pasar por el juzgado, se convierte a cualquier politiquillo en mafioso de primera fila, porque es el descrédito más recurrente. Y no digo que no los haya, como en todos los ámbitos. Que ya lo sentenció Rousseau, el hombre es bueno por naturaleza, pero la vida es tan puta que va y lo corrompe. Yo, no obstante, duermo más tranquilo desde que los carbinieri detuvieran esta semana al clan Lo Piccolo. El último gran patriarca de la Cosa Nostra, Salvatore, portaba a lo Moisés un maletín de piel en el que encerraba un decálogo con los mandamientos del perfecto hombre de honor. Y según el octavo, no hay cargo público berciano al que pueda tacharse de mafioso. En ese párrafo se «obliga» a los verdaderos hombres de honor a «decir la verdad» a cualquier pregunta y en cualquier situación (el tercer mandamiento ya prohibe cualquier relación con la policía). Por consiguiente, no hay más que escuchar las declaraciones de la última semana para sosegarse. La diputada socialista Charo Velasco conoce de buena tinta que en el 2011 estará el AVE en Ponferrada, aunque a falta de tres años para esa fecha sólo el estudio informativo llevará veinte meses, y luego están los de impacto, las alegaciones, la adjudicación y las obras, que son una menudencia con el Manzanal por medio. De la misma buena tinta, el edil de Fomento ponferradino, el popular Luis Antonio Moreno, ha retrasado la alta velocidad hasta el 2014. Velasco ya aseveró en septiembre que el tren llegaría en el 2010. Y Moreno si ve que las cosas pintan peor puede posponerlo hasta el 2016. Es palpable que desde la ortodoxia mafiosa son buena gente. Pelín imprudentes, pero buena gente. ¡Lo que se ha arrepentido ya Magdalena Álvarez de haber puesto fecha al AVE catalán, y no aprenden!. El alcalde de Ponferrada también está a salvo de sospechas. Asegura que no tiene dudas de que el centro comercial vaya a dañar al tradicional, y otros cargos socialistas como el presidente del Consejo o el alcalde de Bembibre sostienen que a la plebe no le importa un año arriba un año abajo en la alta velocidad. Saavedra sabe de buena tinta que en el cambio de gobierno en la Mancomunidad de Ponferrada es un apaño de Canedo con Valcarce y pide una investigación a Martínez, y de la mejor tinta cuentan que el ex presidente del Consejo y portavoz en Ponferrada ha dejado facturas engordadas con empresarios que ahora quieren trincar todo y cursos de formación express; que Carrasco y Majo no se hablan, y que los socialistas buscan una tasca berciana para 600 comensales para aclamar a «Z» antes de que finalice el mes, y que a falta de proyectos palpables -¡qué diferencia con León y su alfoz!- acudirán a Cubillos a bendecir la planta de captura de CO 2 , que es lo que más se parece a una realidad. Desde luego, podrían llamarnos embusteros a todos, pero de mafias nada.