Esto empieza ahora

NO ES CIERTO que el verano sea tierra de nadie, ya que nos obligan a ver más gente que nunca. Abundan los parásitos sociales, a bordo o en tierra, y hay muchas festividades para que todo el que lo desea tenga oportunidad de ir con flores a María. El curso, por lo menos el curso de los acontecimientos, empieza realmente con el curso escolar. Los periódicos y las televisiones recobran a sus titulares y abandonan desconsideradamente a los becarios y se deja de hablar con intensidad de la nueva nariz de la princesa Letizia y del nuevo hijo que se le atribuyó, sin verificar la noticia, al ex presidente Aznar. Empezamos a ocuparnos de cosas serias, aunque menos entretenidas. La verdad es que doña Letizia está más guapa que nunca y que el señor Aznar está como siempre. No me explico por qué ha perdido un minuto en desmentir la noticia y me he acordado de aquella viñeta de un periódico inglés donde un guardia airado le dice a un hombre, aproximadamente vestido con sus mejores harapos: -¿Es suyo ese Rolls Royce mal aparcado? -No, pero muchas gracias por haberlo creído. Se restringe el espacio para bulos y para pamplinas. Se derrumba la Bolsa y se congelan los salarios. El Vaticano busca el diálogo con Moncloa para frenar la ley del aborto, que tiene muy entristecido al amplio cardenal Levada. Por si fuera poco, el presidente de la Generalitat de Cataluña avisa al PSOE de que peligra el pacto constitucional y dice que se trata de «una verdadera prueba de fuego». Habrá que ocuparse de las cosas que sí nos importan. Viene una época caliente y el verano se está retirando a sus cuarteles de verano, dispuesto a volver el año que viene. Es pronto para empezar a esperarlo.