Chuflados

EN OTRAS COSAS puede que no, pero en lo que a geografía respecta nuestro paisano presidente del Gobierno, señor Zapatero, ha progresado mucho. Este fin de semana, sin ir más lejos, inauguró dos kilometrines de vía de desvío de trenes a Galicia y el túnel de la variante de Pajares, dejando una marmórea frase a la posteridad: «León es el cruce natural de caminos del noroeste». Servidor, que es por naturaleza escéptico sobre este chaval, al que conoce de pequeño, tiró de mapa y cartabón y reconoce que, por una vez, tiene razón él. Efectivamente un gallego o un asturiano de ida o vuelta a Madrid tienen que pasar por aquí, incluso si sobrevuelan de chiripa el espacio aéreo de Lagun Air. «Este tipo de conocimientos, como los de economía, no se aprenden en dos tardes así como así», fue lo que me dijo un arriero maragato que en los buenos y viejos tiempos iba con el pescado de La Coruña a Madrid y luego cargaba pellejos de vino en Valdevimbre camino de Mieres. En lo único que no quedamos de acuerdo es si el kilómetro cero de los caminos del noroeste, según Zapatero, cae en León o entre Astorga y La Bañeza, que es mi pueblo -exactamente el 303 de la N-6 de Madrid a La Coruña. Pero desde luego no en la Plaza del Sol ni en La Moncloa.«Estamos dando crédito a unos mensajes políticos que los viejos ya no se creen ni hartos de vino», según uno de los Durruti, el que conduce la venerable locomotora Mikado , digna de una película en plan transiberiano a poco de que al ministro Sebastián se le encendiera en el cerebro una bombilla de bajo coste para escribir el guión. Todo es imagen, imaginación y puro celuloide. «Si me necesitas, silba», le decía Humphrey Bogart a la Laurent Bacall en la conocida película Tener y no tener . Bueno, pues en tiempos teníamos en León dos mil y pico ferroviarios, incluidas las gallinas del guarda del paso a nivel, que siempre se apartaban en el último momento. Como Zapatero con la crisis, pero con más mérito y riesgo. Buster Keaton, el maquinista de la General, diría diría con cara de palo que se le ve la pluma.