Diario de León

CRÓNICAS BERCIANAS

Economía de psicocrisis

Publicado por
MANUEL FÉLIX
León

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UN BUEN puñado de nuestros políticos son de ideas fijas. Al enemigo, ni agua. Cuanto peor para ti, mejor para mí. Con este virus de la psicocrisis que nos han inoculado a todos, siempre aparecen las escenas entrañables, tiernas, quijotescas, berlanguianas. Hay políticos tan celosos del bien público que son capaces de sellar las fuentes del pueblo para que no se despilfarre el agua. Todo, porque con el agua de esas fuentes una vecina le da de beber a un perro y a un burro. No al burro del político; a su propio burro. Y va el político, -afectado profundamente por el miedo que infunden todos los días los telediarios y las bolsas de medio mundo-, y convoca un concejo con un fontanero para cerrar el grifo, y ahorrar. Y llegan las paisanas, -que no entienden nada de macroeconomía planetaria-, y se le plantan delante de la fuente con los brazos en jarras y aquel grito del, «¡De aquí no pasas!». Y en esas estábamos, hasta que llegó la Guardia Civil para echar de verdad agua al fuego. Esta lección de economía y psicocrisis rural, que se escribía estos días en el Bierzo, puede que tenga también su reflejo en las alfombras de las finanzas. Los bancos y las cajas de ahorro convocaron concejo público con un fontanero y cerraron el grifo. Y el pedáneo ZP se reunió con los que tienen el agua, con los dueños de la manguera, y les ha dicho que tranquilos, que no pasa nada, que el burro tiene que beber, porque es un animal protegido. Como el hombre, pero sin hipotecas y otras complicaciones. El desenlace lo desconozco, pero me temo el final de la película. La fiesta la pagará el de siempre, el que quiere beber, y no precisamente el burro o el perro. Ellos no se crean tantas exigencias y necesidades como nosotros. Tienen sed y punto. No buscan asesores financieros, gabinetes de psicólogos y palanganeros de tertulias que todo lo saben. La cosa es simple, vivíamos por encima de nuestras posibilidades y la cartera no da para más. «El papel es eso, papel, y todo lo aguanta», como decía mi abuelo Sinforeano, -¡que en paz descanse!-, que vivió en la Cuba de Batista y conoció la de Castro. La lección de economía rural será difícil de asimilar en algunos ayuntamientos cuando los del PSOE, o por ejemplo lo que queda de él en Ponferrada, tengan que aprobar los presupuestos municipales y darle la razón en las cuentas que presente el PP, al Carlos López Riesco de turno. Zapatero ha ordenado que todos a apoyar, -aunque sea con la abstención-, las cuentas allí donde son oposición. Me imagino ya la escena, el ahora Saavedra de retirada o el De la Torre, con el colmillo retorcido como un jabalí, teniendo que morderse la lengua después de tantas batallas perdidas. Todo porque al efectista ZP se le ha ocurrido que, en estos tiempos, a un socialista se le reconoce desde lejos hasta en la oposición. ¡Con dos, sí señor!. Acostumbrados como estamos a escuchar a los políticos decir lo malos que son sus contrincantes, disfrutaré como un fontanero con la llave inglesa frente al grifo, oír a los del PSOE aquello de que por el bien mundial apoyan las cuentas de Riesco. Yo ese discurso no me lo creo. Quizá sea esta puñetera psicocrisis.

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