¡Basta ya! No perdamos el último tren

EL BIERZO necesita urgentemente un nuevo impulso. Y es que los bercianos podríamos estar jugándonos el futuro de la región. Nuestros dirigentes deberían de implicarse más, en lugar de andar todo el día a la gresca. También sería capital desarrollar una revulsiva campaña de publicidad. Meses atrás se lanzó La esencia del noroeste , un magnífico trabajo. Pero no me refiero a esto. La semana pasada asistí a una jornada sobre estrategias de comunicación. Pablo Alzugaray, presidente de Shackleton -una de las agencias publicitarias más reconocidas de España- hacía alusión a la que para él es sin duda la pieza más relevante desarrollada por esta industria. Hace varios años el Ayuntamiento de Bilbao encargó una creatividad para la promoción turística de la ciudad. La empresa encargada de su comunicación comercial recomendó convencer a la Fundación Guggenheim para que crease allí un museo. Una vez construido, lo comunicaron y realizaron las acciones de márketing pertinentes para atraer visitantes. Esto mismo es lo que tienen que hacer en El Bierzo. El producto objeto de deseo ya lo tenemos y no es necesario inducir a ninguna institución para que lo lleve a cabo, porque ya está proyectado. No hace falta persuadir a nadie, salvo, quizá, a nosotros mismos. Hablo del Museo Nacional de la Energía que el Gobierno planea realizar en Ponferrada -con subsedes en otros puntos del Bierzo y Laciana-, a través de la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden). La inversión para desarrollarlo será aproximadamente de entre 69 y 75 millones de euros, según datos de la propia Ciuden -en el Guggenheim se gastaron unos noventa millones-. La propuesta de esta entidad podría suponer el impulso definitivo que necesita nuestra comarca. Además, serviría como gran complemento del resto de atractivos turísticos y gastronómicos de los que ya disponemos. En lo que al proyecto concreto se refiere, sería básico que a la sede central ponferradina y a la planta de oxicombustión y captura de CO 2 de Cubillos del Sil se sumasen diversos centros ubicados en otras zonas representativas de las distintas cuencas mineras. Estas instalaciones, desde mi punto de vista, deberían de estar emplazadas en Toreno, Bembibre/Torre del Bierzo, Villablino y Fabero. En esta última localidad también es primordial el desarrollo de su futuro Parque Minero. Mientras que, por sus características y localización, el todavía incierto esbozo denominado Tren Turístico Ponfeblino debería de consolidarse como uno de los ejes más importantes de vertebración de estas circunscripciones. No obstante, para que el Museo Nacional de la Energía se ubique definitivamente en El Bierzo es imprescindible una reordenación urbanística del entorno de la Central de Compostilla I. Para ello es necesario el entendimiento entre la Ciuden y el Consistorio ponferradino. En las últimas jornadas no sólo no ha existido consenso, sino que ha surgido una agria polémica, que ha hecho peligrar el desarrollo de esta notable iniciativa. Pero, por fin, el pasado jueves -día 30 de octubre- el alcalde de Ponferrada, Carlos López Riesco, y el director de la Fundación, José Ángel Azuara, mantuvieron una reunión para tratar de acercar posturas. Tras el encuentro, los dos dirigentes se comprometieron a alcanzar un acuerdo definitivo antes de que finalice el año, y redujeron la categoría del grave conflicto a un simple malentendido. A ver si esto es cierto y dentro de unas semanas no se queda en papel mojado. Por lo tanto, los próximos meses serán decisivos para que el Museo Nacional de la Energía se lleve a cabo en El Bierzo, como está proyectado, o para que definitivamente lo dejamos escapar por culpa de nuestra habitual altanería, cabezonería, pasotismo y/ o intereses políticos y partidistas. Sería estúpido perder esta oportunidad por edificar en un determinado solar, por mantener unos campos de fútbol, por salir -o no salir- en la foto o por cualquier otro tipo de interés oculto. ¿De verdad vamos a dejar pasar de largo el que podría ser nuestro último tren? No sería la primera vez que permitimos la pérdida de valiosos proyectos para El Bierzo. Aunque no lo he vivido, siempre he oído hablar de que determinadas factorías de la talla de Fasa Renault -Valladolid-, la Citroën -Vigo-, etcétera, se interesaron, en su día, por instalarse en la comarca. Nuestro ombliguismo , la idea de que el carbón duraría toda la vida y, en general, la falta de previsión y planificación, han hecho que nos terminásemos «comiendo los mocos». Lo cierto es que tenemos lo que nos merecemos. Pero ahora que el carbón está en horas bajas y que la reindustrialización no ha sido todo lo positiva que debería, es el momento de cambiarlo. Por ello, dejemos las medallas a un lado y luchemos todos juntos para que el Museo Nacional de la Energía, sus puestos de trabajo y el flujo de turismo que genere -sin olvidar sus vertientes ecológica y cultural-, se queden aquí y no se vayan para otro lugar que las acoja mejor. Está claro que el parque-museo será posible gracias a la inversión de un Gobierno socialista, pero no por ello el resto de fuerzas políticas tienen que oponerse. Ya que si finalmente lo conseguimos será un triunfo de todas las partes implicadas y de todos los bercianos en general. Por eso, más que nunca, las administraciones, partidos políticos, ciudadanos y el resto de agentes sociales, culturales, económicos y empresariales del Bierzo, debemos de tirar de la cuerda con todas nuestras fuerzas en la misma dirección. ¡Ya hemos perdido demasiadas oportunidades! Y puede que no haya más.