Diario de León
Publicado por
Pedro Trapiello
León

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Hasta que llegó la cabra, la verdadera seña de identidad de la Legión fue siempre un truja de grifa, un petardo de esa hierba que sale de la planta del cáñamo después de haberle sacudido su resina, su hachís. La grifa era lo trillado, nada que ver con la goma, pero era más barata y ajustada a la soldada del legionario que hasta 1959, en Málaga, podía comprar legalmente en los estancos del franquismo picadura de grifa (siempre estuvo muy extendido su consumo entre nuestras tropas africanas y dice la leyenda que hasta Franco le daba a la arguila o al porrito en su etapa marrueca... y que de ahí vino su alzamiento, globo total).

 

El gobierno vasco es consciente de que el consumo de cánnabis y sus derivados (costo, polen, mierda, serrín con grasa o estafa mora por costumbre) no sólo no desciende, sino que crece (por lo visto, no hay policía ni ley que lo pare o corrija), de manera que apuesta por la grifa autóctona y planteó una regulación del autoconsumo que vendría a suponer la legalización del cultivo «para casa» (trece estados de Norteamérica ya lo han declarado legal y los narcos se muerden los codos por la pérdida de mercado). Naturalmente, se ha armado la bronca: el gobierno vasco no tiene competencias para tirarse con sus leyes a un monte mitad orégano, mitad cáñamo. La iniciativa ha topado con el muro de los juriconsultos estatutarios. No se aceptarán esas alegrías vascas.

 

Entiende Sócrates que el objetivo vasco es válido porque afecta a la salud y también a la economía (se fumaría más sano y se ahorraría un potosí). Sócrates cita a Carlos Fuentes exigiendo legalidad para las drogas y atajar así el imperio criminal y financiero afincado en este negocio. Está claro que nada logran gobiernos, jueces o policías; el consumo de hierba o hachís en España seguirá creciendo y engordando las arcas del crimen (o del bombazo islamista) y esquilmando las cuentas propias («no estamos para cenas»). Si de todo lo que se consume en Euskadi se cultivara y se ahorrara tan sólo un tercio, ¿de cuántos millones de euros estaríamos hablando?, millones que no se irían a Marruecos... ¿y en toda España?

 

Tumbada la iniciativa vasca, la moraima del Rif aplaude jubilosa.

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