Diario de León

LEONESES POR EL MUNDO. Nueva York | David García Casado. escritor y profesor

«Es una ciudad que se abre más que las europeas»

Hizo la maleta porque quería más estímulos profesionales y creativos. Y la última etapa de su travesía le ha llevado hasta una ciudad en la que destaca que «hay cabida para todo».

David García, con los rascacielos de Manhattanal fondo.

David García, con los rascacielos de Manhattanal fondo.

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F. Castro | león
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Artista, músico, escritor, profesor y periodista. Así se presenta este leonés nacido hace 32 años que tras vivir en Ro-tterdam, Madrid o Londres, reside desde hace dos años en la gran manzana . «En Nueva York es normal tener varios trabajos, estar muy ocupado. Si te gusta lo que haces, como es mi caso, es perfecto», asegura David sobre su experiencia en la capital del Planeta.

En la gran manzana exprime su tiempo al máximo. «Trabajo como escritor y también como profesor de español para la compañía de enseñanza privada de idiomas más importante de la ciudad, que tiene su sede en el área de Rockefeller Center. Entre los clientes de la compañía hay muchos presentadores de televisión y también está el alcalde Michael R. Bloomberg, con el que he trabajado como asistente de español en varias ocasiones y además también he colaborado con otras figuras relevantes en el terreno de los medios de comunicación y de la cultura», explica este leonés que nació y creció en la capital de la provincia.

Pero David no se queda ahí y también trabaja activamente como director de arte de la compañía de fotografía que creó en la ciudad estadounidense junto a su mujer hace dos años (wwww.llstylephoto.com). «Trabajamos con clientes de todas partes del mundo que eligen Nueva York como escenario para sus sesiones de fotos más especiales. Nuestro enfoque ofrece una perspectiva refinada y creativa que, unida a los increíbles escenarios y momentos de esta ciudad, forman una combinación perfecta», explica David.

Sobre su experiencia profesional tiene claro que la imagen de que Nueva York es exigente si se quiere triunfar es más que real: «Ésta es una ciudad muy dura y también muy competitiva. La situación laboral es más fácil o no que en España, porque todo depende de tu profesionalidad y de tu capacidad de persistencia. Aquí lo importante es ser fiable y es fundamental no cometer errores. Hay demasiada competencia y como en todas las partes los clientes lo que exigen es calidad, como por otro lado es lo lógico», asegura este leonés, que eligió Nueva York porque «es una ciudad que se abre mucho más que otras metrópolis, especialmente las europeas», y porque quería afrontar «más estímulos a nivel profesional y creativo» de los que le ofrecía León o incluso España.

«Es un gran motor»

«Aquí valoran el talento, lo estimulan y no ponen limitaciones a su desarrollo. Hay una tendencia constante para agilizar todo, para hacer que las cosas se muevan constantemente. Esta ciudad es un gran motor, quizás es el más grande motor cultural y económico del mundo», según la experiencia de David.

Sobre la vida en la ciudad estadounidense comenta: «La verdad es que no hay mucho que pueda decir de Nueva York que no se sepa. Es posiblemente la ciudad en el mundo de la que más se ha hablado y más se ha escrito». Pero David destaca su pluralidad: «Las costumbres son muy diversas, hay cabida para todos y además las 24 horas del día. No hay nada que no puedas conseguir cuando lo necesitas».

«La ciudad se adapta a las gentes, pero como éstas cambian todo el rato la ciudad también está cambiando constantemente; y por eso mismo la gente que vive en Nueva York suele ser muy abierta y muy receptiva», asegura David antes de comentar cuál es su principal queja sobre su vida en Nueva York: «El clima es realmente malo, hay mucho frío en invierno y a la vez mucho calor que encima es muy húmedo durante el verano. Pero debo reconocer que me encanta el otoño en Nueva York. Me recuerda mucho los otoños leoneses, un poco fríos y secos».

Y David García destaca el buen carácter de los neoyorkinos: «La gente es muy receptiva y se valora mucho el tiempo de los demás, ya que aquí ¡no hay mucho!».

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