Diario de León

el equipo leonés resurge tras salir del concurso de acreedores

El Reale Ademar recupera el pulso...

El regreso de Jorge García Vega ha supuesto un soplo de aire fresco para asentar al nuevo Reale Ademar en el plano deportivo.

El regreso de Jorge García Vega ha supuesto un soplo de aire fresco para asentar al nuevo Reale Ademar en el plano deportivo.

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El Club Deportivo Ademar León se fundó en 1956 a partir de la iniciativa de un grupo de jugadores del Colegio Maristas San José. Después de una historia en la que la entidad marista ha ido de menos a más hasta conseguir éxitos brillantes (una Liga Asobal, una Copa del Rey, dos Recopas de Europa y dos Copas Asobal) y tener bajo su disciplina a los mejores del balonmano nacional y en algunos casos mundial, se ve obligada en estos momentos a un paso por el purgatorio para recuperarse de la delicada situación económica que la llevó a un concurso voluntario de acreedores, agobiada por las deudas y los impagos, para reconducir la situación de insolvencia en que se vio inmersa.

El Reale Ademar presentó concurso de acreedores al no poder hacer frente al pago de la deuda acumulada, que en su conjunto alcanzó los 900.000 euros de masa pasiva. El club, ante la delicada situación, planteó una propuesta anticipada de convenio con los acreedores (Agencia Tributaria y Seguridad Social, principalmente), con lo que evitó cualquier posibilidad de que el administrador concursal instará a la desaparición.

En la actualidad, el Reale Ademar continúa subsanando sus problemas económicos, pero ha logrado recuperar el pulso. El presidente Cayetano Franco, máximo artífice del rescate de la entidad, anuncia a diario medidas de sustento crematístico con hechos para llevar al club a la estabilidad económica y por lo tanto deportiva.

El Reale Ademar pudo hacer frente a este pasivo tras desbloquear las subvenciones que tenía pendientes con el Ayuntamiento de León y con la Diputación, de 135.000 y 120.000 euros, respectivamente. Estas ayudas de los entes públicos fueron ingresadas en las arcas de la entidad después de que el presidente marista, Tano Franco, y su junta directiva dedicaran muchas horas de trabajo a salvar un problema mayúsculo que amenazó la vida del club.

Este paso de gigante coincidió con la búsqueda de la viabilidad económica a base de acuerdos con Hacienda y la Seguridad Social para establecer plazos y lograr así abonar las cantidades comprometidas ante ambos organismos.

Con este dinero procedente de las instituciones, el Ademar se puso al día con sus jugadores, a los que adeudaba las nóminas desde febrero, momento en el que se declaró el concurso de acreedores. Con ello, la nueva y eficiente directiva logró la credibilidad de los jugadores que habían denunciado al club por impagos.

Además, la Liga Asobal aceptó los avales presentados por el Ademar, que ingresó el canon de 66.000 euros para inscribirse en la competición. Y el equipo ya camina y resurge casi de sus cenizas... económicas.

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