El detective Francisco

Y a sólo falta que al Padre de la Iglesia le encarguen vigilar a los hijos de Jordi Pujol. La misa es mucha, pero la basura acumulada es todavía mayor y ahora al buen cura, no menos ecuménico que argentino, se le están acumulando los trabajos de desescombro. O le faltan manos o le sobran escobas. Menos mal que ahora Su Santidad son dos, cosa siempre más fácil de entender que la Santísima Trinidad sea uno solo. Por si no fuese bastante luchar contra los pederastas habituales, que son los que llevan hábito, Francisco ha excomulgado a los mafiosos y se ha echado encima a la mafia calabresa, que también tiene sus escalas, desde los monaguillos hasta el alto clero.

Quizá sea el Pontífice el cargo más difícil de desempeñar entre todos, entre otras cosas porque ya no hay puentes y sin embargo abundan las personas que viven bajo ellos. A pesar de ser un cargo envidiable, no ha sido envidiado en los últimos tiempos. Hace ya muchos años, cuando se rumoreaba, en la época del nacional-catolicismo, que la paloma del Espíritu Santo podía posarse sobre la cabeza del cardenal Segura, dijo Foxá, que era gordo, católico y sentimental, que si sucedía eso él se haría socio del Tiro al Pichón. Ahora habría que llamar a Saviano, que es el que más arriesgadamente sabe de eso, para descifrar las conexiones.

¿Por qué los presos de la Ndrangheta se niegan a ir a misa? Los pobres seres humanos nos consolamos con lo que tenemos más cerca, pero sobre todo con quienes nos ofrecen consuelo.

El combate de Bergoglio con los padrinos será largo, pero hay que tener en cuenta que desde ayer Su Santidad, que es argentino, ha estado pendiente, al igual que su predecesor, que es alemán, de Campeonato Mundial que se celebra en Brasil. Desde hoy, todo pertenece al pasado. Ya lo sabemos todo, porque no es cierto que el futuro esté en las rodillas de los dioses, sino en el menisco de los futbolistas. El tiempo sigue siendo sucesivo, pero hay noches que parece plano. Desde hoy sólo tendrán que esperar ustedes cuatro años.