Cosas de aquí | La pública da una lección
El Musac va a la escuela
El Deac inicia en el Quevedo un programa para valorar el patrimonio y la educación artística que lleva a 2º C a dar una clase en la Escuela de Arte.
Escolares de 2º C del colegio Quevedo dieron una clase especial en la Escuela de Arte.
Desde que el Musac va a la escuela la clase de educación artística la dan los niños y las niñas con sus propias experiencias. «Hemos aprendido a descubrir lo que nos gusta del colegio y lo que no», comenta una niña de 2º de Primaria del colegio público Quevedo.
Como si fueran inspectores o científicos, han mirado a su colegio con lupa, lo han medido y fotografiado. Han roto las jerarquías y entrado en rincones desconocidos y hasta ahora prohibidos, como la escalera de incendios y el despacho del director. Han aprendido que para cuidar el patrimonio, hay que conocerlo. Y tener capacidad de decisión sobre su transformación. El colegio es su patrimonio más cercano porque «es donde tenemos que trabajar», comenta otro niño. «Me gusta el huerto y la regadera y la estantería y los planetas y los dibujos. El patio, el colegio, los árboles, el sol, las nubes...», escribió una niña en su porfolio, el cuaderno donde apuntan lo que aprenden. Y lo que les interesa.
Todo empezó en un curso de formación del profesorado del Cfie (Centro de Formación e Innovación Educativa) y el Departamento de Educación y Acción Cultural (Deac) del Musac con 26 docentes. Entre todos valoramos y creamos la educación artística. Nuevas metodologías, se desarrolló en dos sesiones teóricas. La clase de 2º C del Quevedo, con su maestra, Beatriz García Sánchez, estrenó las prácticas. «Pedimos permiso al centro, pero también a los niños y las niñas», explica Julia Ruth Gallego, del Deac. Lo primero que se hizo fue una asamblea. En la recta final del curso, el alumnado acudió a la Escuela de Arte de León para exponer su proceso de aprendizaje y disfrutar de unas clases muy especiales. Aprendieron que todos los colores están en la naturaleza y se pueden ‘fabricar’. Y vieron surgir el amarillo cromo, el que Van Gogh usó para Los Girasoles, de dos probetas de cromo y plomo. Pintaron sobre una sábana de papel y confesaron su patrimonio favorito.
La experiencia, registrada en vídeo por el Ampa y por la cámara de un padre, Germán Pérez Molina, se expondrá en el Musac en mayo. Una fotografía que resume un trabajo de meses y representa «su opinión, su mirada, su propuesta, su palabra unida a la imagen... con el proceso de aprendizaje».