Diario de León

Criados en tribu

Un centenar de familias de León ponen en marcha la asociación ‘Creciendo juntos’, un grupo de crianza de ayuda mutua entre los que se encuentran educadores y matronas. El grupo está formado por familias leonesas y de otras localidades que viven en León que tienen como objetivo respetar el ritmo natural físico y emocional de los niños

Padres y madres de la asociación 'Creciendo Juntos' posan con sus hijos en un jardín de Puente Castro.

Padres y madres de la asociación 'Creciendo Juntos' posan con sus hijos en un jardín de Puente Castro.

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León

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carmen Tapia | león

Fomentan la crianza como apego. Creen que es posible otro modelo de educación. La asociación ‘Creciendo juntos’ nace en León con la agrupación de 112 familias que defienden «una crianza respetuosa con los niños». La presidenta de la asociación, Silvia García, sostiene que el objetivo final es luchar por una educación alternativa respetando el ritmo de crecimiento físico y emocional de sus hijos.

‘Creciendo juntos’ inicia en León una corriente que ya está arraigada en otras comunidades autónomas. En España hay 130 grupos de crianza. Cataluña es de las comunidades más activas. Sólo en Barcelona hay treinta grupos. La crianza en grupo, el apoyo mutuo, no es nuevo. «La idea es hacer tribu. Que los niños se vean y las familias compartan sus inquietudes».

El grupo está formado por familias heterogéneas. Es el caso de Vicky López que llegó a León hace cinco años desde Cáceres. Su hija Sofía tiene 10 meses y asiste a las reuniones de ‘Creciendo juntos’ para buscar apoyos y consejos de los que carece al estar lejos de su familia. «Me encuentro sola», asegura. «Ahora tenemos un ritmo diferente de criar a los hijos y yo no lo comparto. Se promociona más el desapego, el dejar de dar el pecho pronto. Nuestra idea es respetar el ritmo de nuestros hijos».

La asociación, como sus hijos, da ahora sus primeros pasos en León. Charlas sobre lactancia materna, salud, música, excursiones y porteo ergonómico forman las actividades organizadas por esta asociación desde su puesta en marcha. «Apoyamos la lactancia materna, una alimentación libre de papillas y el aprendizaje a través el juego».

La asociación tiene previsto abrir en León una ludoteca de crianza alternativa, «una educación libre respetando los ritmos de los niños», asegura Vicky López. «Es un camino lento porque supone apostar por una educación diferente a la tradicional y que consiste en que los niños aprendan con sus rutinas, a su ritmo y sin estrés».

La educación del niño en libertad es una experiencia que puso en marcha en León la guardería que sigue el método Montesori. «Libertad pero controlada», asegura su director, Nacho Mata. A la guardería van niños y niñas de 0 a 3 años «que utilizan materiales autocorrectivos y eligen el tiempo que necesitan hasta que aprenden en un ambiente de libertad». Mata reconoce la dificultad para poner en marcha el método en la enseñanza pública reglada. «Es complicado, aunque los mayores problemas surgen al principio». El objetivo que persigue el método es que los niños aprendan en un ambiente de orden, a su ritmo y con materiales atractivos. «No hay ningún niño aburrido nunca y ganan concentración».

‘Creciendo juntos’ reúne a familias que sostienen que los niños tienen que aprender con el juego libre. «Nos juntamos una vez a la semana y compartimos experiencias y eso nos aporta mucha tranquilidad. El pediatra y la enfermera saben mucho de enfermedades pero en el día a día nos podemos sentir solas. Estas reuniones nos vienen muy bien», asegura Vanesa Verísimo, una de las madres del grupo. «La maternidad actual se vive de forma aislada. es solitaria. Antes estaba la abuela, la tía o la vecina, pero ahora no hay nadie, estamos en las ciudades, los pisos y casi no se comparten cosas. Lo que hacemos es juntarnos para tener esa red de mamás como apoyo y compartir experiencias».

La asociación ofrece alternativas «a la carencia de actividades infantiles para menores de 3 años. La sociedad está desnaturalizada y los niños se crían en un ambiente hostil. Los niños deberían tener el calor de su madre o lo que más le parezca y un ritmo de crecimiento y educación no tan agobiado», explica Silvia García, que sostiene que «la conciliación no es real porque la vida familiar tiene que adaptase a la laboral».

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