Doce años de Sotadera en Las Cantaderas

carmen Tapia | texto

f. otero perandones | foto

Nada en Coral García Placín recuerda a la descripción que la Pícara Justina hace de la Sotadera. «La cosa más fea y mala que vi en toda mi vida». Durante doce años representó el papel «de una mujer que nada tiene de maravillosa» pero que forma parte de la tradición y la historia de León «por eso me ha encantado representarlo». Tenía 15 años cuando le ofrecieron participar en Las Cantaderas, primero como doncella y, un año después, como Sotadera, la vieja alcahueta enviada desde Córdoba para elegir a las doncellas como tributo que los reyes leoneses pagaban anualmente a los califas musulmanes.

Joven, alta, delgada, con un pelo rubio que le cubre la espalda y ojos claros, Coral lleva con orgullo el haber sido, hasta ahora, la mujer que durante más tiempo seguido ha portado el arco de flores que abre paso a la comitiva de cien vírgenes, elegidas por esta celestina entre las mejores doncellas de las parroquias de León. «Estaba en un grupo de bailes regionales y hacía gimnasia rítmica y me ofrecieron participar en este acto, en el que participé hasta 1990. Puse lentejuelas al traje y los zapatos (que están custodiados en el Ayuntamiento), cambié el velo e introduje los platillos en las manos para acompañar el baile y la coreografía con las Cantigas de Alfonso X El Sabio».

Pese a que la Sotadera no tiene buena prensa «y actualmente no hay nada que encaje con ese rol, desfasado, es una anécdota histórica que me encanta representar, por lo que tiene de tradición, costumbres y baile». Y porque el acto también conmemora una rebelión, la de las vírgenes que prefirieron cortarse la mano a acabar en un harén.

Las Cantaderas o Foro u Oferta. La pregunta sin respuesta que sirve de pretexto, cada año, para que síndicos y clérigos discutan. La Sotadera baila encabezando una comitiva de mujeres en el largo recorrido que separa a León de Córdoba. El acto, que comienza en el Claustro de la Catedral, acaba en la Plaza del Grano tras un trayecto que el domingo cumplen de nuevo con la tradición.