Un paravalanchas

Nadie daba un chavo por ver a Rajoy rebajarse a intervenir en una moción de censura que ridiculizó de antemano por ser «de fogueo», espectáculo político que montaban los de Podemos porque necestaban perentoriamente levantar algo una cabeza que le vienen agachando las encuestas... pero Rajoy acabó pidiendo papel en la comedia como única voz del partido/gobierno para dar réplica, contrarréplica y dúplica a la carga de caballería cosaca que fue desplegando en el tablero la portavoz censurante, Irene Montero, que no se quedó en salvas y tiró con postas del doble cero apuntando a los bajos, ahí donde reina el «mis cojones 33» tras la bragueta de la corrupción... pero pareció que les hacían cosquillas esas postas y reían abiertamente las andanadas... quizá ahora llevan cinturones de castidad de acero de doble temple salido de las fraguas toledanas de doña Cospe para poder decir que la corrupción es algo del pasado y de gente que ya no es del partido... y que hoy todos son castos... ni hablar de metemano.

Dos horas le duró el alegato a Montero. Y cuando en su dúplica comenzó a leer una lista con nombres, apellidos y cargos procesados o condenados populares, ahí sí que estaban todos muy seguros de que necesitaría como mínimo otras dos horas, así que hubo caras de sofoco, vapuleo... y nervios. Menos mal que, tras recitar lo más «granado» y popular de la retahíla delincuente, puso puntos suspensivos.

Parlamentariamente, la jornada fue penosa, todos llevaban escrita su perorata dejando poco margen a salirse del guión y a ese pronto brillante que se espera del verdadero orador pensador.

Rajoy no pensaba intervenir ¿y llevaba ya de casa los papeles, sus gracietas escogidas y una retórica barroca de la que abusaron sus guionistas?... la foliada de Iglesias no fue menos temible y pudo ahorrarse todo lo que ya había dicho su portavoza (con verbo más vivaz, por cierto, y vehemencia de fiscal novata)... ¿debate?... no, discursos... y ahí se fue Rajoy, a la muletilla irónica, a no contestar, a lucir cuentas... con sólo estas mañas ya demostró otras veces ser todo un paravalanchas.