Diario de León
Publicado por
GARCÍA TRAPIELLO
León

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Dios existe y es el agua... y quien se caga en el agua se caga en Dios... vaya esto por delante para todas las muchas poblaciones que en León y en tanta España rural o urbana siguen vertiendo su mierda al río (siempre son más urgentes unas innecesarias farolas vienesas en la plaza del pueblo o un polideportivo vacío en las eras que instalar una depuradora)... tierra blasfema que aún cree que su delito se absuelve si se lo lleva la corriente y lo endosa aguas abajo.

El día 22 (patito-patito nadando en un plato de arena) se celebró el Día Mundial del Agua. ¿Sirven estas cosas? Quizá para rizar el sonsonete, pero para alarmar y corregir conductas no lo parece... ¿no sería más eficaz crear el Día de la Sed?, un otro día de la ira... un día sin agua, grifos cerrados, ni siquiera un hielo para el gintónic... pongámonos en la piel tiesa de ese tercio de la humanidad que tiene difícil acceso al agua o, sencillamente, no la ve sino podrida, hasta que un desierto con patas les arroja al mundo como errantes sin consuelo ni acogida. Venga un día sin agua. El agua, como tantas otras cosas, sólo se valora cuando falta.

Pero aquí nos sobra, se dijo siempre, y la costumbre de regar a manta, anegando, sólo empieza a corregirla con escarmientos la secuencia de sequías que ahora vienen de dos en dos (y mañana, encadenadas)... así nos estamos acostumbrando a ver estos ríos, antaño generosos, desecados en cualquier estiaje crítico... o a que el ecologista picudo, espantado por la sola palabra embalse, se oponga a cualquier retención (presa) que permita paliar la condena y garantizarle un mínimo caudal biológico para que la sed del río, campos, gentes y la muerte de la fauna fluvial no sea tan bestia o, al menos, se aplace... ¿es que no se quiere ver la urgencia de pequeños embalses de cabecera que, como necesarias cisternas, permitan tirar de la cadena de vez en cuando para limpiar la guarrería química y orgánica que ahí vertemos?...

En fin, todo lugar tenía su «Fuente la Teja»; hoy más de la mitad no mana ni lo que mea un ángel.

Y tampoco ayuda que el papón maldiga la lluvia... escupe al cielo.

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