Diario de León

El nuevo sueño americano

Alrededor del insigne Monumento de la Revolución de Ciudad de México nació Little L.A., un espacio de encuentro para miles de deportados mexicanos y sus familiares.

Abraham Armando muestra sus tatuajes. MARIO GUZMÁN

Abraham Armando muestra sus tatuajes. MARIO GUZMÁN

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Marti Quintana | méxico

Inglés y español, tatuajes que se mezclan con trajes, negocios con carteles bilingües, incluso comida tex-mex. Alrededor del insigne Monumento de la Revolución de Ciudad de México nació Little L.A., espacio de encuentro para miles de deportados y sus familiares, un nuevo sueño americano.

Francisco Hernández tiene 34 años y corta el pelo en una de las barberías más populares de la colonia (barrio) Tabacalera, trabajo que compagina en un call center que le permite explotar su bilingüismo.

«Si estuviéramos en Estados Unidos trabajaríamos en una cocina o en la construcción. Aquí en México nos dan otra oportunidad, mejor que la que teníamos allá», explica a Efe Francisco, Frank para los amigos, mientras corta el pelo a un cliente.

En la peluquería Alameda se mezclan los dos idiomas y él, deportado por segunda vez desde Estados Unidos hace un año, cuenta una historia parecida a la de muchos.

Frank llegó a Chicago de niño y estudió hasta adolescente, cuando su chica quedó embarazada, él dejó los libros para ser jardinero.

A los 21 años, buscando una mejor vida para su familia —hoy tiene cinco hijos— terminó en prisión por narcotráfico. Purgó siete años y fue deportado.

Años después, con el anhelo de ver a los suyos regresó, pero lo detuvieron. Ahora vive en la capital mexicana, alejado de su familia y con miedo de regresar y quedar preso.

A Abraham Armando lo deportaron a los 17 años por estar bebiendo, conduciendo y carecer de papeles. Reconoce que andaba «en malos pasos» y recuerda nervioso cuando lo dejaron en el peligroso municipio fronterizo de Matamoros. Lleva en el brazo una frase del fallecido rapero Tupac: «To every dark night, there’s a bright day after that (Por cada noche oscura, hay un día brillante después)».

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