Diario de León

María Martín-Granizo: «¡No estamos de paseo!»

Mañana comienza en Baqueira Beret su participación en el Campeonato de España de Esquí Alpino Adaptado. Es la primera del país con discapacidad que compite en la Copa Cordillera Cantábrica y el trofeo Audi Quattro Cup; y la primera en el Trofeo Copa España. Está en un proyecto de esquí inclusivo al que se puede votar en http://corazonadarsa.es/votaciones-2018/117 hasta el 10 de abril

María, en el centro junto a un compañero de competición, Miguel Gutiérrez, y su hermana Cecilia Martín-Granizo Ferreiro. PACHO RODRIGUEZ

María, en el centro junto a un compañero de competición, Miguel Gutiérrez, y su hermana Cecilia Martín-Granizo Ferreiro. PACHO RODRIGUEZ

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PACHO RODRÍGUEZ | REDACCIÓN
León

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Tiene una pierna de Star Wars chulísima, pero la que mola es la suya: la de María Martín-Granizo Ferreiro, que esquía como solo lo consiguen las personas que saben volar. Hace saltar por los aires la idea de «esto es una historia de superación», porque adelanta la convención en un zigzag prodigioso. Como hoy (29 de marzo) cuando, el día que cumple 12 años, en el Bar Morán de León (mientras en un Jueves Santo y de Genarín la ciudad duerme por la mañana), con unos trozos de servilleta, María le explica a este periodista cómo se debe esquiar cuando se esquía bien. Y que no hace falta tener que pensar mucho para llegar a la conclusión de que la gente con discapacidad puede hace deporte con gente sin discapacidad. El resto es: «¡María! ¡Qué! ¿Estamos de paseo?», que es lo que cuenta que le dice su padre, Rafa, cuando lo hace mal. Porque María tiene una pierna pero a veces hace las cosas mal, como cualquier niño, antes de conseguir logros gloriosos, como cualquier niño.

¿Qué le diría María a un niño que no hace deporte? «Pues que lo hiciera, que es muy divertido. Y que hacer ejercicio es sano». ¿Y a un niño con discapacidad? «¡Lo mismo!», dice, y ahí está una de las claves, como es la de hacer visible lo que antes más que invisible era escondido.

El momento crucial es cuando se llega a la conclusión de que aunque se está haciendo algo excepcional, el denominador común es la normalidad. Esa idea la lleva dentro María, pero la tutelan y proyectan con sentido común Natalia y Rafa, sus padres. Y su entorno. Su hermano mayor, Rodrigo, que tiene una definición para enmarcar, y su hermana Cecilia, que apunta otras frases finales para rematar lo que va diciendo María y que hace que su melliza tenga en ella una garantía, un seguro, pero de los que aseguran un apoyo para toda la vida.

María Martín-Granizo recibe apoyos de Rossignol en botas; Briko, casco y gafas, y Dynastar, en esquís. Esto es, necesita las mismas esponsorizaciones que cualquier deportista que destaque. Por eso también está embarcada en un proyecto que pone el acento sobre el esquí inclusivo y al que se puede votar entrando en http://corazonadarsa.es/votaciones-2018/117/. Ella misma, en la presentación del proyecto, dice: «Yo nací con una agenesia femoral, en pierna derecha, con lo que solo tengo operativa la pierna izquierda, tengo una discapacidad reconocida del 35%, mi proyecto es un proyecto inclusivo, quiero seguir competiendo con los chicos y chicas de mi edad independientemente de sus capacidades».

Además de estudiar en el Divina Pastora, pertenece al Club Deportivo Leitariegos, y forma parte del equipo de competición de la Fundación creada por Teresa Silva y Carlos Rolandi, y que subvenciona sus viajes de tecnificación al Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada. Con todas las actividades que realiza un día normal, escolares y deportivas, María Martín-Granizo dice que no le da pereza, por ejemplo, perderse las vacaciones de Semana Santa para competir.

«Como mejor me lo paso es esquiando. También me gusta estar en casa. Pero ahora prefiero ir a Baqueira que quedarme en León», cuenta poco antes de iniciar viaje a Baqueira Beret para su participación en el Campeonato de España de Esquí Alpino Adaptado.  

Espíritu competitivo

El espíritu competitivo está muy presente en María Martín-Granizo, que obtendría buenos resultados compitiendo en categorías sin discapacidad. Su pronóstico para estos dos días de competición es entre precavido y modesto, pero puede presumir de ser la primera persona en España con discapacidad que compite de forma inclusiva en la Copa Cordillera Cantábrica y el trofeo Audi Quattro Cup; y la primera en el Trofeo Copa España de Discapacitados, en la modalidad de Mujer de Pie.

Cuando María Martín-Granizo desciende, asciende la idea de inclusión. O sus sueños: «Me gustaría ir a Estados Unidos porque tienen las mejores pistas», asegura. Ahí igual entraría en juego el criterio de su entrenador: Julio Anel Martín-Granizo. Sobre todo para que siga progresando esta niña de 12 años que, también, cuando baja por la pista, sube hasta su Instagram. Como si a escala tuviera algo de tirón de celebrity a lo Messi o Cristiano. Miguel Gutiérrez, compañero de María, vallisoletano de 17 años y uno de los mejores también en esta disciplina, lo corrobora: «Cuando esquía todo el mundo dice: qué bien lo hace. Esquía muy bien. Luego le ponen cosas en Instagram», explica. Es ahí su hermana Cecilia Martín-Granizo, siempre al quite que refuerza, cuando dice que se pueden leer muchos elogios a su hermana. María recuerda algunos como: «Eres un ejemplo para todos tus compañeros». O: «Cómo mola haberte visto, María».

Cuando sea mayor quiere ser ortopeda. Pero, de momento, su pasión es esquiar, aunque requiera de muchos sacrificios y entrenamiento. Sabe que si baja la guardia salta la frase: «Mi madre me mete menos caña. Pero mi padre cuando ve que no estoy esquiando bien me dice: «¡Qué, María! ¿Vas de paseo?». Y otra frase que hace mucha gracia a las dos hermanas es cuando les dicen si se creen que son un club de canicas.

En esta historia se esquía y se proyecta el futuro del deporte inclusivo para romper las barreras que no tienen precisamente los discapacitados sino los demás en sus prejuicios. No todos, porque los hay que ven más allá, como su hermano Rodrigo. Cuando dice: «No tienes una minusvalía. Tienes una másvalía». Y María esquía y asegura que más que pensar en cómo va a ser la carrera, piensa en la emoción que siente cuando ya ve la meta. Una meta que en su caso también lleva la impronta de pionera en el deporte inclusivo.

Ma ría, en su descenso. DL

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