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Los 160.000 talentos extraviados

La ULE estudia poner en marcha ‘el mentor universitario’ para alumnos con altas capacidades intelectuales. Expertos de Málaga, Extremadura y Galicia hablan en León del talento oculto que el sistema no detecta..

León

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España pierde el talento de 156.000 personas, cifras ajustadas a la baja, según explicaron ayer los expertos en las IV Jornada de Altas Capacidades celebradas en la Universidad de León. Son las mismas personas que pasan por las aulas del sistema educativo escolar actual sin que nadie, ni profesores ni sistema, detecte su talento especial porque la administración educativa no ha sabido establecer hasta ahora los criterios adecuados para abordar la enseñanza de calidad específica para las personas con altas capacidades intelectuales. La mayoría sufren fracaso escolar porque no son «reconocidos, incluidos, valorados y tomados en consideración», explicó ayer en León Fátima Murciano, licenciada en Psicología, cofundadora y presidenta de la Asociación de Apoyo a las altas capacidades de Extremadura. Murciano ofreció ayer la primera de las tres conferencias en las jornadas organizadas por la asociación leonesa Alac.

En España hay 24.000 personas con un diagnóstico de alta capacidad, de las que 108 menores están en León. Representan el 0,4% de los 2,2% de la población que, según los criterios actuales, tienen una alta capacidad. Cada uno la suya. «El error es pensar que la alta capacidad es homogénea», explica Carmen Pomar, doctora en Psicología Infantil y profesora de la Universidad de Santiago de Compostela. Pomar defendió ayer en León la necesidad de destapar la base de iceberg. «La alta capacidad es una realidad de la que se conoce muy poco. Ese bloque de hielo oculto tiene mucho volumen y peso», asegura.

Al acto de inauguración asistió la vicerrectora de Relaciones Institucionales de la Universidad de León, María Dolores Alonso Cortés, que expresó su interés por copiar en León el proyecto de ‘mentor universitario’ para el alumnado con altas capacidades intelectuales desarrollado en la Universidad de Málaga y que fue presentado ayer por la profesora titular del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga. «La universidad tiene que adoptar un papel activo ante los desafíos de la educación y establecer los marcos estables con los agentes sociales para conseguir mejores resultados». El reto de la universidad, dijo, «es formar a los profesionales incluyendo contenidos transversales y poner a disposición de la sociedad el conocimiento que generamos».

El programa

La GuíaMe-AC-UMA, presentada ayer en León por los profesionales malagueños, es un programa compuesto por talleres ‘mentor universitarios’ dirigidos a alumnado con altas capacidades intelectuales desde tercero de la ESO hasta 2º de Bachillerato y Ciclos Formativos Medio y Superior. Este programa es una actividad de la Universidad de Málaga (UMA) realizada a través de ASA-Málaga (Asociación para el Apoyo a las Altas Capacidades Intelectuales), con colaboración oficial de FECYT (Fundación Española para la Ciencia y Tecnología-Ministerio de Economía y Competitividad) a través de Encuentros con la Ciencia, la Fundación General de la UMA y la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía. «El programa comenzó con la publicación del Plan de Detección de Altas Capacidades en Andalucía», explica María Dolores García, psicóloga y orientadora impulsora del proyecto. «Surge como un programa de enrequecimiento extracurricular pero conectado con el currículo escolar. Participan estudiantes preuniversitarios y colaboran altruistamente 42 profesores universitarios doctores de la Universidad de Málaga». En el programa, desarrollado por un equipo técnico de los profesionales Serafina Castro, Diego Jesús Tomé, Enrique Viguera y Dolores García, participan este año 200 alumnos «con un gran éxito porque empezamos con 45». Los talleres organizados corresponden con áreas de conocimiento que se imparten en la Universidad de Málaga.

En la jornada celebrada ayer, la piscóloga Fátima Murciano habló de la utilización «sesgada» de la palabra inclusión, que calificó como una realidad «compleja». «La inclusión es crear una cultura escolar que reduzca las barreras del aprendizaje», dijo. Una conciencia que parece que sólo está alimentada hacia las personas con discapacidad. «La exclusión se produce apartando a las personas de los ámbitos sociales de la comunidad en la que vive y conduce a una pérdida de autonomía. Nunca se piensa en los niños y niñas con altas capacidades cuando se habla de inclusión».

No existen aulas para alumnos con altas capacidades, como sí existen, gracias a las asociaciones de padres, centros específicos para el alumnado con autismo, por ejemplo. «El primer objetivo es cumplir la ley», asegura. Y la ley dice que la escuela tiene que servir para desarrollar todas las capacidades.

«Casi siempre nos fijamos en el perfil académico», asegura Carmen Pomar, «pero rara vez tenemos en cuenta sus expresiones emocionales, si se muestran sensibles e irascibles y las causas de que eso se produzca». En su conferencia, Pomar puso como ejemplo la frase de El Principito: «Lo esencial es invisible a los ojos». En los diagnósticos, las niñas permanecen invisibles. «Hay más niños que niñas y eso tiene que ver con el perfil emocional», asegura Pomar. «Las niñas tienen más a ocultar y disimular sus altas capacidades».

No todas las personas con altas capacidades son iguales aunque los expertos tienen identificados los mitos asociados a este diagnóstico como son la creencia de que tienen problemas sociales y emocionales, un alto rendimiento, que pertenecen a las clases sociales altas, que no necesitan ayuda y que son unos genios. «En la escuela no tenemos que buscar genios, un test no decide nada», asegura Murciano. La genialidad se desarrolla en la edad adulta. «Influyen las actitudes, los intereses, las oportunidades y la tolerancia a la frustracción, que van a modular el éxito en la vida, porque la inteligencia de distribuye democráticamente, pero el ambiente hace que se convierta en talento y competencia».

A la inauguración de las jornadas participaron Ana Boutas, asesora técnica docente de la dirección provincial de Educación, que dijo que trasladaría a los responsables educativos las propuestas de las jornadas, y la concejala de Bienestar Social, Aurora Baza.

La presidenta de la Asociación Leonesa de Altas Capacidades (Alac) insistió en la falta de preparación para conocer y evaluar a los niños y niñas de altas capacidades.

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