Diario de León

SOCIEDAD

«Hemos sufrido acoso, pero ahora somos felices»

Sesenta chicos y chicas con inteligencia límite o ligera participan en las actividades de la asociación Solidarios por León, una entidad que ayer inauguró una nueva sede en la que educadores y profesores organizan terapias y talleres para el desarrollo de sus capacidades. Cinco cuentan sus vivencias en este reportaje

Laura Malagón, Teresa Salgado, María Rodríguez, Lida Carro y David Roble, ayer en la nueva sede de Solidarios por León. RAMIRO

Laura Malagón, Teresa Salgado, María Rodríguez, Lida Carro y David Roble, ayer en la nueva sede de Solidarios por León. RAMIRO

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CARMEN TAPIA | LEÓN
León

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«Cuando te dicen que no lo conseguirás es la razón más poderosa para hacerlo». Esta es la frase que da la bienvenida a la nueva sede de Solidarios por León inaugurada ayer, una entidad que ofrece intervención socioeducativa a sesenta chicos y chicas con un diagnóstico de inteligencia límite o ligera.

Tienen dificultades para el aprendizaje al ritmo medio de la clase, sus compañeros los ven como bichos raros y sufren aislamiento social. En la mayoría de los casos cuentan experiencias de acoso e insultos minimizados por los propios profesores.

Sesenta jóvenes con un diagnóstico de inteligencia límite, entre 70 y 85 de cociente intelectual, — la media está entre 85 y 115— e inteligencia ligera, entre 50 y 70, han encontrado una segunda oportunidad en sus relaciones sociales tras participar en las actividades de la asociación Solidarios por León. Proyecto Convivo, que ahora tiene un nuevo espacio en la calle Arquitecto Torbado, 4 2º izquierda.

Nueve jóvenes de esta asociación—los nueve que se han presentado— han aprobado con buena nota el examen de una oposición para ocupar una de las plazas de ayudante de ordenanza. Los buenos resultados de la primera prueba se deben a la adaptación del temario a sus capacidades intelectuales. Ahora están pendientes de la valoración del concurso de méritos. La educadora social Coral Zamorano ideó el sistema de estudio que ha conseguido tan buenos resultados. «La intervención tiene que ser personalizada», una estrategia que se extiende con talleres de habilidades sociales, autoestima y resolución de conflictos, un trabajo intenso tras años de hostigamiento en la edad escolar.

«...tienes una razón poderosa para hacerlo», termina la frase impresa en el felpudo de la entrada a la sede con la que se encuentran todos los días los jóvenes que acuden a los talleres. «Aquí somos como una gran familia. En verano cierra por vacaciones y suspirábamos para que lo abrieran». Teresa, Laura, Lidia, David y María, cuentan cómo luchan por superar sus miedos, por olvidar los insultos y el aislamiento de sus compañeros en su etapa escolar.

«Se metían conmigo y los profesores no hacían nada». María Rodríguez Nicolás tiene 28 años. Acaba de aprobar con un 9,8 —sólo tuvo un fallo— el examen para ocupar una plaza de ayudante de ordenanza, un primer paso por el que espera mejorar su vida laboral. Ahora trabaja en Soltra. Es candidata a ocupar una plaza en el piso de transición a la vida independiente que abrirá la asociación en León. El esfuerzo, el tesón y la iniciativa le han llevado a superar las dificultades, aunque con el viento en contra. «Cuando ven que eres más débil van a por ti», expresión que aplauden sus compañeros que acaban con la frase «como la zorra a las ovejas».

La presidenta de Solidarios por León, Rosa González, profesora y pedagoga, destaca el auge de la asociación tras dos años de funcionamiento. «Empezamos en abril de 2016 con tres familias y ahora somos 60 socios. «Procedíamos de otras asociaciones y estábamos acostumbradas a organizar rastrillos. Empezamos con un rastrillo para recaudar fondos». Ahora reciben dos subvenciones de 4.400 y 1.200 euros del Ayuntamiento de León y de 5.000 euros de la Fundación Alimerka. «El problema es que el diagnóstico no llega hasta que no tienen diez o doce años. Una estimulación adecuada temprana del cerebro puede mejorar la capacidad cognitiva».

«La discapacidad genera un grave riesgo de exclusión social por falta de formación educativa y profesional adaptada a sus capacidades», explica la presidenta, Rosa González. El proyecto de Intervención Sociolaboral afronta estas necesidades con apoyos para encarjar perfiles laborales. Con este proyecto se realizan entrevistas individualizadas y se buscan los recursos educativos y laborales».

Laura Malagón Álvarez tiene 22 años. «Vengo encantada todos los días. Antes no tenía amigas y ahora tengo varias. Las he conocido aquí. Tenemos un grupo de WhatsApp y nos planteamos preguntas que respondemos entre todos».

Teresa Salgado Aznar tiene 23 años. También ha aprobado el examen de la oposición «Fue muy fácil», asegura, «aquí me lo explicaron todo muy bien, de manera resumida y detallada». Ahora tiene amigas con las que comparte momentos de ocio «Era muy tímida, no me integraba. Mis compañeros no se acercaban a mí».

Lidia Carro Barba tiene 18 años y estudia un módulo de asistencia personal para personas dependientes. «Siempre me ha gustado estar con niños pequeños. Me gustaría trabajar en una guardería. Mis compañeras de clase se reían de mi y me decían que nunca iba a llegar a nada».

David Robles de Juan tiene 37 años y le gusta tener amigos. «Aquí podemos hablar de todo».

Y en la nueva sede podrán hacer actividades tan variadas como danza y teatro, taller de encuadernación, aprendizaje activo, taller de dibujo y pintura, primeros auxilios, manualidades, habilidades sociales y relaciones afectivas y yoga.

Educadores, familias y jóvenes participantes en los programas de la asociación, ayer. RAMIRO

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